La activista y opositora política cubana Thais Mailén Franco Benítez fue víctima de vandalismo de su carro en Las Vegas, ciudad donde reside en Estados Unidos, según denunció en redes sociales.
En su cuenta de Facebook relató cómo fue su amanecer al ver los cristales de su auto rotos y una bandera cubana en lugar de la placa delantera.
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“Hoy es mi día off y bueno, me acabo de levantar y así es como amanece el carro”, dijo Franco mientras enseñaba a sus seguidores los daños provocados.
“Este es mi despertar, ver que vandalizaron el carro”, indicó en su breve video, sin especificar si le robaron algunas de las pertenencias que guardaba en su automóvil.
La activista señaló, además, que no había tocado nada esperando a que llegara la policía para hacer el reporte.
Varios comentarios en la publicación aludieron a un crecimiento de los hechos de este tipo en varias ciudades de Estados Unidos. “Así están las cosas, por todo el país se ha desatado la delincuencia”, escribió la usuaria Jenny Alina Céspedes.
Mientras, otros aseguraron la presencia de adeptos al régimen cubano en Miami. “Cuánto lo siento mi hermana, algo parecido me hicieron a mí, pero no vamos a callar, esos son los sicarios de ellos que entran por la frontera pidiendo asilo y al final vienen aquí a crear problemas a nosotros y tratar de intimidarnos, tú no estás sola Thais Franco, #AbajoLaDictaduraCastrista”, enfatizó Yonimiler del Río Polo.
Este criterio fue apoyado por René Trimiño que apostilló: “Un consejo, los grupos extremistas e izquierdistas en EE.UU. gustan realizar estos actos vandálicos en contra de notados activistas anticomunistas, por eso, aunque nos pese, debiéramos de retirar todo símbolo que nos identifica como tal”.
Thais Mailén abandonó La Habana en la primera quincena de agosto de 2022, en compañía del mayor de sus tres hijos, que se encontraba en edad de ser reclutado para el Servicio Militar.
Sobre ella pesaba la amenaza del régimen cubano de volver a llevarla a prisión por su activismo político. Tuvo que abandonar el país solo con uno de sus hijos, porque no tenía suficientes recursos para sacar también a los más pequeños.
Tras cruzar la frontera en octubre de ese año por California, ambos se mostraron visiblemente emocionados. “¡Lo logramos mi vida! ¡Lo logramos!”, dijo la madre cubana tras una dura travesía migratoria.
En un desgarrador mensaje a sus hijos más pequeños, Xabryna y Maikol, de nueve y 10 años, respectivamente, les dijo: “Mis dos cocodrilitos, mis hijitos amados, qué deseos tengo de poder darles un abrazo y que estemos todos juntos. No saben cuánto su mami los extraña, los veo en esta foto tan flaquitos y apenas sin sonrisas”.
En su lucha por salir adelante en Estados Unidos, la activista ha tenido que enfrentar las vicisitudes de la emigración. En marzo de este año, tuvo que salir al paso de una persona que puso en duda que ella estaba viviendo en un tráiler en Miami.
“No tengo papeles, no tengo permiso de trabajo y vivo en un tráiler, a mucha honra”, subrayó en un video en Facebook.
“Yo no vine aquí a Estados Unidos a lucir un vestido, ni una cartera de brillos, ni un par de zapatos, ni una buena ropa, porque yo tengo dos hijos en Cuba que están sufriendo las causas del régimen”, advirtió.
“Entonces, yo no vengo aquí al exilio a vivir en una casa de lujo, ojalá y pudiera, no puedo porque no tengo permiso de trabajo, pero cuando yo trabaje dignamente voy a poder tener todo lo que yo quiera”, añadió.
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