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A precios que están muy alejados del poder adquisitivo de la mayoría de la población cubana “oferta” sus productos el Mercado Agropecuario de 9na y F, en el Vedado, La Habana, donde un paquete de caramelos cuesta hasta 1,250 pesos.
El anuncio en la página de Facebook del establecimiento comercial muestra los excesivos precios de los productos alimenticios que se venden en el lugar: 45 pesos cuesta un cuadrito de caldo; hasta $600, un paquete de galletas; $260, una bolsa de panes; $1,200 un pastel; $30, un solo chupa chups; $180, un refresco; $720, un litro de aceite; $500, una lata pequeña de puré de tomate, y 550 CUP, una caja de cereales.
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En la tablilla, el yogur probiótico se anuncia a 500 pesos, las explosivas croquetas Prodal en $190 y la pizza congelada a un costo de $250.
Los artículos de higiene no se quedan atrás: un paquete de detergente puede salir hasta en 750 CUP y cuatro rollos de papel sanitario en $500.
En otro post de la página, el mercado desglosa la oferta de la mipyme de gastronomía ubicada en el local, que vende arroz y condimentos.
La libra de arroz uruguayo cuesta $190; el comino, laurel y jengibre, 60 CUP, aunque no se especifica qué cantidad; mientras que la albahaca, el romero, orégano y cúrcuma, a $55, y el sazón Iberia, a $45, pero tampoco se precisa peso del producto.
Los helados y el yogur también tienen precios prohibitivos para el cubano de a pie, en el mercado del Vedado.
Un simple barquillo a $50.00 y las tinas de helado a $1,200; mientras que el litro de yogur cuesta 700 CUP y un pomo de 400 ml de refresco, 150.
En el mercado de 9na y F los clientes encuentran otros artículos necesarios también a un alto costo: un par de chancletas a 1,500 pesos, un rollo de papel higiénico a 100 y una frazada de piso en 160 CUP; aunque esta última a un precio más “módico” que las vendidas por una mipyme en el propio reparto habanero., según trascendió en la reciente denuncia de una ciudadana.
Los precios en Cuba siguen su galopante ascenso, agrandando cada vez más la brecha respecto a las posibilidades de compra de los ciudadanos, que sufren directamente los efectos de la inflación, en medio de la crisis económica que atraviesa el país.
En una reciente “rendición de cuentas” del Ministerio de Economía y Planificación (MEP) al Consejo de Ministros, la entidad atribuyó el deterioro del poder adquisitivo de los salarios y pensiones exclusivamente a factores externos como el “bloqueo” económico y la pandemia de COVID-19.
Economistas cubanos, como Pedro Monreal, sostienen que el “ordenamiento” económico diseñado por el régimen es el responsable directo de la reducción del poder adquisitivo de los cubanos.
El gobierno fijó el salario mínimo en 2,100 pesos cubanos (unos $87 dólares al cambio oficial vigente entonces de 24x1) y las pensiones entre los 1,528 ($64) y 1,733 CUP ($72), a partir del primero de enero de 2021.
Sin embargo, la implementación de la mal llamada “tarea ordenamiento” -enfocada en cuatro puntos esenciales: unificación monetaria y del tipo de cambio, eliminación gradual de subsidios excesivos, y reforma en los ingresos-, generó unos niveles de inflación que han empobrecido mucho más a la población residente en la isla.
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