Una caravana de alrededor 6,000 migrantes emprendió su camino este lunes desde la frontera sur de México, en el estado de Chiapas, hacia la frontera con Estados Unidos.
Esta es la mayor caravana de migrantes que ha partido de Tapachula en más de un año, un fenómeno que no se veía desde junio de 2022, cuando unos 15,000 migrantes (entre ellos cubanos) marcharon por México, coincidiendo con la Cumbre de las Américas centrada en la migración.
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"6 mil migrantes que llevaban días varados en la frontera sur de México, salieron en caravana este lunes de Tapachula rumbo al norte del país", indicó el sitio de noticias Portal Fronterizo en Facebook, compartiendo un video del arranque de la caravana.
La formación de estos grupos ha sido constante debido a la lentitud de los procesos migratorios y la falta de recursos para sobrevivir mientras esperan en el sur de México, según denuncias de diversas organizaciones no gubernamentales (ONG’s).
Irineo Mujica, director de Pueblos Sin Fronteras, destacó que los migrantes provienen de diversas nacionalidades, aunque la mayoría son de Centroamérica.
Muchos de los migrantes habían estado esperando permisos de tránsito del Instituto Nacional de Migración, pero ante la falta de respuesta, decidieron comenzar la travesía hacia el norte. A diferencia de otras caravanas, en esta el gobierno mexicano optó por facilitar documentos a los migrantes para permitir su tránsito por su territorio.
La caravana está siendo acompañada por protección civil mexicana, pero no se sabe cuándo llegarán a la frontera. Alexis Baquedano, un inmigrante hondureño, declaró a la Voz de América que la travesía como más dura de lo que imaginaba, pero afirmó que seguirá luchando junto a su hija.
Este movimiento de migrantes se produce en un momento en el que el Departamento de Estado de Estados Unidos informó que 61,000 personas han solicitado ingresar al país a través del programa "Movilidad Segura", que opera en Colombia, Costa Rica y Guatemala.
Este programa agiliza los trámites de refugiados y otros permisos humanitarios y de empleo. Algunas familias venezolanas ya han llegado a Estados Unidos como resultado de este programa.
Hasta finales de julio, casi 250,000 personas atravesaron la selva del Darién, que separa Colombia de Panamá con dirección norte. En Colombia, se han procesado 43,000 solicitudes de ingreso a Estados Unidos, y en Guatemala, 14,000.
La organización internacional Médicos Sin Fronteras ha informado de hasta 1,400 migrantes caminando dispersos a lo largo de 250 kilómetros en un solo día, subrayando la magnitud del desafío humanitario que enfrentan estos migrantes en su búsqueda de un futuro mejor.
Esta caravana surge tras una reunión en Chiapas el 21 de octubre entre una docena de países de la región, entre ellos Cuba, en medio de un creciente flujo de migrantes hacia Estados Unidos.
"Cuba ha alertado reiteradamente sobre la responsabilidad del gobierno de Estados Unidos con la incitación permanente a la migración irregular de cubanos que llegan o se proponen llegar a sus fronteras, con medidas de asfixia económica y facilidades para los migrantes de nuestro país", dijo el gobernante Miguel Díaz-Canel en la Cumbre de Palenque.
Durante la misma, cerca de 200 migrantes de diversas nacionalidades varados en la frontera sur de México llevaron a cabo una protesta en Tapachula, en la que quemaron piñatas con los rostros de Díaz-Canel, Nicolás Maduro y Daniel Ortega.
La protesta tuvo lugar en el Parque Bicentenario de Tapachula, donde los migrantes cargaron las tres figuras, las pasearon y escenificaron un juicio público para acusarlos de no apoyarlos.
La intención de los participantes en esta caravana es llegar a Ciudad de México, una travesía que podría durar hasta un mes. Compuesta por migrantes del llamado triángulo centroamericano (Salvador, Guatemala y Honduras), entre sus integrantes se encuentran migrantes de Cuba, Venezuela, Haití y varios países de África.
Martí Noticias recabó el testimonio de una abuela venezolana de 84 años, invidente de un ojo, que cruzó el Darién con su hija y esposo. “Con el favor de Dios voy a llegar”, dijo la anciana.
También el de una habanera de 64 años que llegó sola a Tapachula la semana pasada y pernoctaba junto a cientos de migrantes en el parque Bicentenario de esta ciudad, donde se podían encontrar "carpas por doquier y gente durmiendo en los portales".
Conocida como Juana la cubana, la mujer relató al citado medio que cuando pasó el río Suchiate desde Guatemala, un grupo delincuencial le exigió el pago de 30 dólares adicionales a los 20 que ya había pagado al balsero.
La cubana se negó a pagar y un hombre joven y fuerte le propinó un golpe en la boca, tan contundente, que le partió la prótesis dental. Juana no tiene familia en Estados Unidos, pero dice que "de eso nada, monada": no considera regresar a Cuba, un país en crisis en el que dejó a dos hijos adultos.
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