La activista cubana Diasniurka Salcedo Verdecia aseguró que luchará con todas sus fuerzas para lograr algún día el sueño de volver a besar a su hijo en Cuba.
"Llevo días pensando y pensando, en algo que pasa por mi cabeza (...) Madres, padres, abuelos, hijos, sobrinos, nietos... ¿Hasta cuándo vamos a seguir escapando? ¿Hasta cuándo? Llevo años ayudando porque siento que no debo hacer menos, sobre todo por los niños vulnerables, pero reconozco que esa no es la solución", comentó.
En su mensaje pidió el fin de la dictadura y la unidad de los cubanos en la lucha por el cambio político que lleve al país a la libertad.
"No sé ustedes, pero ¡yo haré todo por volver a besar a mi hijo en la tierra que me ha visto crecer! Porque Cuba no es de los comunistas, sino de todos los cubanos", aseguró.
La activista cree que si todas esas madres que "piden a grito ayudas" le plantaran cara al gobierno podrían cambiar la realidad del país.
"No lo digo desde afuera. Lo estoy diciendo desde Cuba con las mismas necesidades de todos. Es triste ver tantos y tantos casos sociales. Mientras más se ayuda más aparecen. No dejaré de hacerlo, pero como persona con sensatez reconozco que no es es la solución", expresó.
"La solución es tomar lo que nos pertenece, nuestra libertad, nuestros derechos de vivir como personas, de garantizar un futuro mejor para nuestros hijos. No quiero ver sufrir más a tantas madres por separación de nuestros hijos. Cuba es linda, es nuestra tierra, la que muchos amamos y tenemos el derecho de vivirla. No somos nosotros los que tenemos que escapar. El culpable es uno y es ese el que debe largarse de una vez", dijo.
La semana pasada esta cubana dejó un mensaje a las madres de la isla. Les confesó que no era tan valiente como muchas mujeres piensan, pero perdió el miedo tras 18 meses en prisión. No se rendirá en la lucha por la libertad.
Contó que una de las penas que lleva en su alma es haber tomado la decisión de alejar a su hijo, enviarlo a otro país para que estuviera a salvo, lejos de las garras de la Seguridad del Estado.
"Soy una madre que prefirió alejarse de su hijo, mandarlo lejos para protegerlo y a su vez tener tranquilidad para hacer lo que hago, que no es otra cosa que ayudar y llamar las cosas por su nombre. Soy una mujer que se ha metido tanto en la ayuda social que va teniendo niños sin parirlos", comentó.
Uno de los casos sociales que más está defendiendo es el del pequeño huérfano Cristopher Olivera Santos (5 años) quien vive solo con su abuela en Bayamo.
Este niño cubano necesita una operación para restituir los daños internos que tiene por tomar ácido cuando era un bebé. Está esperando una visa humanitaria para ser operado en Estados Unidos porque el régimen cubano no ha dado solución a su caso y aseguran que no tiene recursos para hacerlo.
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