Un cubano que escapó de la Isla ahora es policía en Estados Unidos, donde trabaja para garantizar la seguridad de la ciudadanía, aunque lo que más le gusta es ayudar a los jóvenes.
Daniel Hernández, oficial del Departamento de Policía de Kansas, salió de Cuba a finales de los años 90 con su familia. Su padre era un preso político que pasó seis años en prisión, hasta que fue puesto en libertad en 1998, tras la visita del Papa Juan Pablo II.
Entonces la familia en pleno marchó a Estados Unidos. Una vez allí, Daniel, de 11 años, sus padres y su hermana fueron a parar a North Kansas City. Según relató a FOX 4, el mayor obstáculo que enfrentaron fue el no saber nada de inglés.
Él aprendió el idioma durante la escuela media y secundaria, impulsado sobre todo por el deseo de ayudar a sus padres. "Traducir para sus extractos bancarios, registros médicos, cupones de alimentos", explicó.
Al terminar la secundaria, Hernández decidió servir al país que lo había acogido y se unió a la Infantería de Marina, con la cual luchó en Afganistán.
"Sabía que estaba luchando por la libertad y esa es la misión que teníamos en mente. Siempre, en el fondo de mi cabeza, sabía que tenía que devolver algo a este gran país que me dio la oportunidad de estar aquí y tener una vida", recordó.
Años después el cubano ingresó en el Departamento de Policía de Kansas City. Siente que como agente también sirve a su país desde su ciudad.
Actualmente es funcionario en el Centro de la Red de Acción Comunitaria, donde se ha centrado en trabajar con los adolescentes, fundamentalmente de la comunidad hispana, con los que se identifica, y les enseña a buscar formas de abordar sus problemas sin usar la violencia.
"Los chicos pueden verse reflejados en mí, especialmente si vienen de una familia inmigrante y es como: 'OK, no tengo que robar, no tengo que cometer una acción criminal para sobrevivir", detalló.
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