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El escritor cubano Luis Dener Hernández denunció las contradicciones de los medios oficialistas al reportar la dirección del derrumbe de un edificio multifamiliar que costó la vida a tres personas la noche del martes, aparentemente para ocultar una denuncia previa realizada por CiberCuba el pasado mes de julio.
El poeta y narrador demuestra en un video posteado en Facebook que Cubadebate y Granma reportaron el hecho con direcciones diferentes, y luego se intercambiaron el supuesto error en un supuesto intento por confundir y ocultar que residentes en ese edificio habían denunciado a la prensa independiente hace tres meses que estaban en peligro inminente de derrumbe.
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La redacción de CiberCuba recibió el pasado 28 de julio la denuncia de una familia residente en el apartamento 9 (tercer piso a la derecha) del inmueble colapsado, cuyos miembros mandaron imágenes que mostraban las paredes agrietadas perpendicularmente (un indicio ineludible de que un edificio puede caerse), los pisos abiertos, la caída constante de trozos de techo, donde se veían las cabillas afuera.
Un vecino llamado Vladimir Ayala, denunció entonces que en el edificio de Lamparilla 368, donde había un solar con 13 familias, vivían personas muy ancianas y discapacitados.
Mencionó a Alberto Arias Lores, de 96 años todavía, su nieta Alba Rosa Morales y el bisnieto Adonis, de 23.
El anciano vivía en el edificio desde 1976 y se encuentra entre las dos personas hospitalizadas. Tras el derrumbe, Alberto, ahora de 97 años, fue trasladado al hospital a causa de un policontuso trauma craneal simple, según la información del Gobierno de La Habana en Facebook.
La fuente contó que Lores padece de bronquiectasia, una enfermedad en las vías respiratorias; el bisnieto sufre de una hemiparesia (parálisis cerebral parcial) y es sordo.
"Ni en el Gobierno ni en Vivienda atienden a Alba Rosa, espero que se pueda hacer público su problema", afirmó Ayala en su denuncia.
"Estoy seguro que al edificio –cerca de la plaza del Cristo, Habana Vieja– le queda poco para derrumbarse", aseveró Ayala.
Alba Rosa Morales contó que se había dirigido a diferentes instancias gubernamentales para plantear la situación de su familia, entre ellos la trabajadora social y la delegada de la circunscripción, pero todos alegaron que no tenían respuesta para su reclamo.
"A nadie le importa, ni a la delegada, Yamilet Jerez Mejías, que también es doctora y sabe los problemas de salud que tienen", denunció otra fuente cercana a la familia.
CiberCuba tuvo acceso a varias fotografías que demostraban el estado de deterioro del edificio.
En las paredes agrietadas se podía introducir la mano; el piso en la puerta de entrada se había hundido, pedazos del techo se caían y dejaban ver cabillas oxidadas; humedad y filtraciones. También eran evidentes otros problemas estructurales en el edificio.
"Tengo la esperanza de que ahora, con esta denuncia, las autoridades hagan lo que corresponde y busquen una solución para ellos y para los otros vecinos que viven en un edificio en peligro de derrumbe", concluyó Ayala.
Aunque CiberCuba envió un correo a las autoridades de Vivienda en La Habana Vieja para obtener sus declaraciones sobre las constantes denuncias de los vecinos, estas no contestaron los mensajes.
El martes en la noche el finalmente el edificio se derrumbó y cuando los rescatistas entraron a sacar a las familias, un segundo derrumbe los dejó atrapados en el interior. Un tercer colapso sepultó a dos rescatistas y un anciano de 79 años, los tres murieron y sus cuerpos fueron recuperados el miércoles.
Otro vecino dijo el jueves a Radio Televisión Martí que el derrumbe pudo evitarse pero las autoridades cubanas no respondieron a las solicitudes de ayuda que en varias ocasiones hizo la población.
"Evidente que se iba a caer. Soy el que alerté a todo el mundo hace cinco meses de que eso se estaba derrumbando, que salieran", dijo el hombre.
Esta persona aseguró que se dieron alertas a las autoridades en numerosas ocasiones pero no intervinieron en la reparación del edificio que colapsó el martes.
Los residentes de la edificación ubicada en calle Lamparilla No. 368 sabían que había peligro de derrumbe, sin embargo no abandonaron sus hogares porque no tenían a dónde ir. En este antiguo edificio residían 13 núcleos familiares, eran un total de 54 personas.
Actualmente se encuentran albergados en una escuela, donde los niños duermen en el piso y las autoridades dijeron a las familias afectadas que debían salir del centro escolar antes del próximo viernes.
Cuba destina la mayor parte de su inversión a la construcción de hoteles, mientras su fondo habitacional continúa deteriorándose sin pausa y cobrando vidas. La semana pasada otras dos personas murieron en otros derrumbes.
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