Para nadie es secreto que el gran José Abreu ha vivido en 2023 no solo la peor temporada de su vida, sino también la única de números mediocres en diez años al máximo nivel. No son pocos quienes aseguran que el uniforme de Houston le ha sentado mal, y hay algunos que lanzan presagios en torno a un supuesto declive del pelotero de 36 abriles.
Ayer, en Texas, ‘Pito’ envió claras señales para el optimismo. ¿O cómo si no deben interpretarse dos jonrones y siete carreras empujadas en un juego donde debió enfrentar a Max Scherzer, un tres veces ganador del Cy Young?
El primer cuadrangular fue un Grand Slam -el quinto a su expediente- a costa de una slider que salió disparada a 103.1 millas por horas y aterrizó en las gradas del izquierdo tras viajar la friolera de 425 pies.
Ese filme se rodó en el tercer acto, contra Scherzer. Luego le dio tubey a Chris Stratton, y en el noveno volvió a mandar de viaje a Mistress Rawlings, entonces con un par de compañeros en las bases y mediante un “estantónico” lineazo (113.3 mph) castigador de otra slider, en este caso del zurdo Brock Burke.
Así, el cienfueguero igualó su mejor total de empujadas en un juego y llegó a 74 en la campaña, con 14 conexiones más allá de los límites del parque.
“He tenido momentos difíciles, pero lo más grande para mí ha sido el apoyo de esta organización”, dijo al final del choque en declaraciones citadas por MLB.com.
Para los agoreros de la mala fortuna, un dato: desde que regresó de la lesión en agosto 23, su slash line es de .256/.333/.581 con cuatro bambinazos y 18 carreras impulsadas en 11 desafíos.
Y todavía falta la postemporada...
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