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Un preso común de la cárcel Las Mangas, en la provincia de Granma, murió este martes por hemorragias luego de negársele atención médica durante varios días, según denuncias de familiares.
El joven recluso Lázaro Lenin Almenares Álvarez, quien cumplía una condena de nueve años, falleció luego de seis días con sangramientos por varios órganos y que las autoridades carcelarias se negaran a proveerle asistencia médica desde un inicio, denunció su familia.
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El prisionero llevaba seis días “botando sangre por la boca, por la nariz, por las partes, por los oídos” y los funcionarios de la prisión “no lo habían querido trasladar para Las Mangas, (…) para el hospital en Bayamo”, lo que no sucedió hasta este martes, reveló un familiar a la usuaria Isis Rodríguez, quien publicó en Facebook capturas del chat donde se denuncian los hechos.
“En el día de hoy [martes], fue que ellos decidieron trasladarlo para el hospital, porque ya vieron que no había solución (…), cuando vieron que él vomitó demasiado, por eso fue que lo trasladaron para acá”, afirmó el familiar, cuya identidad no fue revelada.
Según la denuncia, los guardias del presidio “dijeron que él no tenía nada”, que “él estaba fingiendo”.
En otra publicación subida a redes, el familiar de Almenares pidió se denuncie que el fallecido “presentaba golpes en su cuerpo”. En las capturas, la persona asegura que el cadáver tenía “golpes en la espalda, en las costillas y en la clavícula”.
Almenares fue sentenciado a nueve años de privación de libertad, sin derecho a condicional, luego de ser juzgado por salir en defensa de un anciano vendedor de productos agrícolas y golpear a un policía cuando este lo agredió, señala una de las publicaciones.
“Lo metieron preso por defender a un señor de 78 años que estaba vendiendo ajo y cebollín en la calle”, cuando policías de Bayamo se dirigieron al vendedor y comenzaron a maltratarlo. Según la versión del familiar, a Almenares le dijeron “que no se metiera, que eso no era problema de él”. Personas presentes en ese momento fueron testigos de la golpiza que recibió y que él “le dio un golpe a un policía que fue hospitalizado”.
De acuerdo con la denuncia, Almenares fue defendido en el juicio por un abogado de oficio que dijo no tener ningún testigo de los hechos para presentar.
El fallecimiento de este preso se suma a una serie de muertes ocurridas este año en cárceles cubanas por negación o retardación de asistencia médica por las autoridades, lo que ha sido denunciado por activistas y organizaciones de derechos humanos.
En julio último, uno preso de 34 años murió en la cárcel de San Juan y Martínez, Pinar del Río, tras sufrir neumonía y leptospirosis, sin recibir una atención médica adecuada.
Un mes antes, la organización independiente Justicia 11J reportó la muerte de otro recluso de 22 años en el Combinado del Este, en La Habana, por falta de asistencia médica, siendo el tercer deceso confirmado en esas instalaciones desde inicios de año.
En marzo, activistas denunciaron el fallecimiento de un preso común en la cárcel de Quivicán, tras recibir una brutal golpiza a manos del segundo jefe del centro penitenciario.
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