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El trovador Pedro Luis Ferrer anunció que ofrecerá un segundo concierto en la sala del Museo de Bellas Artes de La Habana debido a la insignificante cantidad de entradas que fueron vendidas a la población para el primer concierto.
Ferrer dijo que el segundo concierto tendrá lugar este miércoles (un día después del primero), y aseguró que el Instituto Cubano de la Música se comprometió a “no distribuir invitaciones, y vender en taquilla absolutamente todas las entradas (¿Quizás me toque hacer de taquillero?)”.
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El músico dijo sentirse agobiado tras enterarse por publicaciones en las redes de que se distribuyeron muchas más invitaciones a “artistas, intelectuales, funcionarios y trabajadores del sector cultural, colegas del gremio musical” que entradas al público.
“La iniciativa de presentarme en La Habana fue absolutamente mía. Comencé a gestionarlo paulatinamente, y después de bregar un rato, resultó Bellas Artes, algo que estaba por encima de mis expectativas. Fue mi deseo —lo dije desde el comienzo— presentarme en una sala pequeña, como suelo hacer desde hace años en Europa y EE.UU.”, explicó Ferrer, quien precisó que la iniciativa de presentarse en una sala pequeña se debe al pequeño formato actual de su música.
“Si Dios y las instituciones lo viabilizan, en vista de la avidez expresada por el público, antes de que finalice el año volveré con mi pequeña banda, y podremos intentarlo en un espacio más holgado. En lo que a mí respecta, ruego me disculpen por los inconvenientes e imprevisiones”, concluyó.
El Museo Nacional de Bellas Arte anunció, por su parte, que se venderán dos entradas por persona para la totalidad de la sala, en la taquilla del Edificio de Arte Cubano este lunes, ese mismo miércoles a partir de las 10:00 a.m.
Este sábado, cubanos que hacían cola para comprar entradas para el concierto del próximo martes protestaron debido a la insignificante cantidad de asientos que fueron vendidos a la población.
“Sólo se vendieron al público 33 entradas para el concierto de Pedro Luis Ferrer. De esta fila que se mantuvo bajo la lluvia, aunque muchos cruzamos bajo los laureles sólo entraron 10 personas. 3 entradas se vendían en la taquilla por persona para un total de 33”, denunció la cubana Beatriz Alonso.
Esta cubana precisó que la sala del Museo Nacional de Bellas Artes en la Habana donde tendrá lugar el concierto tiene capacidad para 230 personas, de las cuales 197 serán invitados.
Asimismo, Alonso compartió un video donde las decenas de personas que hacía cola fueron a exigir respuestas sobre la pobre venta de entradas y fueron increpados por el custodio del Museo quien les dijo “¡¡¡Vayan a quejarse al Instituto de la Música!!!!”.
Los ahora dos conciertos del trovador serán en compañía de su hija, Lena Ferrer y se pudieron concretar gracias a los “buenos oficios” del Centro Nacional de Música Popular, institución donde trabajó Ferrer, dijo el músico recientemente.
“Llevaba meses intentando encontrar —mediante un entrañable colega— un local modesto para ofrecer un concierto trovadoresco en La Habana, en compañía de mi hija Lena, sin mucho aspaviento ni bulla. A decir verdad, desconocía si los administradores y directivos tendrían hoy la libertad de ofrecerme su espacio”, dijo el cantautor, residente en Estados Unidos.
Con entusiasmo afirmó que le cantaría al “humilde pueblo isleño que nos sigue queriendo”.
El músico cubano, que siempre ha mantenido su postura contestataria contra el régimen, en octubre de 2022 rompió con la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), tras una carta de la organización oficialista que negaba represión a manifestantes de las protestas contra la gestión gubernamental en medio de la crisis energética del país.
En junio del pasado año, el régimen cubano también intentó vender un grupo mínimo de entradas ante la que resultó ser la última presentación de Pablo Milanés ante el público cubano.
En esa ocasión, el concierto debió ser trasladado del Teatro Nacional a la Ciudad Deportiva debido a la presión popular.
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