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Un hombre asestó varias puñaladas a una mujer delante de tres niños la tarde de este lunes en Tampa, al sur de Florida.
El hombre, de 33 años, que no identificado públicamente, apuñaló a la mujer en el bloque 2800 de la calle 35 delante de tres niños de entre dos y seis años, según reportó el medio local WFLA.
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El hombre se fue con los niños y los dejó con su hermano, a quien le robó su rifle AK-47.
La mujer fue trasladada a un hospital en estado crítico.
Hasta el momento las autoridades no han declarado si existía relación entre la víctima y el atacante.
El auto del sujeto fue visto a las 5:40 pm. en dirección sur cerca de Dale Mabry Highway y Spruce Street, lo que condujo a una persecución oficial donde los agentes le tendieron bandas de pinchos para cercarlo.
El sospechoso condujo alrededor de las bandas que se desplegaron antes de estrellarse contra un sedán azul en Florida Avenue, donde el hombre abrió fuego con los agentes usando su AK-47.
Los policías dispararon contra él y lo mataron. No hubo más heridos.
Una vecina dijo que se vio atrapada en el fuego cruzado mientras conducía hacia su trabajo en North Florida Avenue.
"Estaba aterrorizada", dijo. "Intenté tirarme al suelo y esconderme. Sabía que me iban a disparar. Sólo que no sabía dónde, si iba a sobrevivir".
El jefe de policía Lee Bercaw calificó a los agentes de "héroes" y ofreció sus pensamientos a la mujer que fue apuñalada y trasladada a un hospital en estado crítico.
"Este sospechoso era una amenaza pública y mortal para nuestra comunidad", aseguró Bercaw. "No tenía ninguna consideración por la vida humana".
"Nadie debería tener que presenciar el caos que este sospechoso causó a nuestra comunidad", dijo Bercaw.
En fechas recientes trascendió que un hombre de Jacksonville, Florida, se declaró culpable de atacar a dos mujeres afroamericanas debido a su raza.
Frederick Eugene Pierallini III, de 27 años, admitió haber agredido por motivos raciales a dos mujeres afroamericanas en incidentes separados ocurridos en septiembre de 2022.
Por cada cargo, se enfrenta a un máximo de 10 años de prisión, tres años de libertad supervisada obligatoria y una multa de hasta 250,000 dólares.
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