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Régimen cubano protesta por presencia de submarino nuclear de EE.UU. en la Base Naval de Guantánamo 

Se trata del USS Pasadena (SSN 752), cuyo lema es "En cualquier momento, en cualquier lugar", y que con sus 140 marineros es capaz de apoyar varias misiones, incluida la guerra antisubmarina, la guerra antibuque de superficie, la guerra de ataque y misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.


El régimen cubano protestó este lunes por la presencia de un submarino nuclear de la Armada de Estados Unidos (US Navy) en la Base Naval de Guantánamo.

En una declaración oficial, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX), expresó su rechazo al ingreso de un submarino de propulsión nuclear en la base militar estadounidense, en lo que consideró “una escalada provocadora, cuyos motivos políticos o estratégicos se desconocen”.

Los hechos denunciados ocurrieron entre los días 5 y 8 de julio, fecha en la que, según el MINREX, el submarino zarpó de la base ubicada en el oriente de Cuba. La información oficial no detalló el nombre del navío, pero aprovechó para reiterar la soberanía cubana sobre el enclave.

“La presencia allí de un submarino nuclear en estos momentos obliga a cuestionar cuál es la razón militar del hecho en esta región pacífica del mundo, contra qué objetivo se dirige y qué propósito estratégico persigue”, señaló la cancillería cubana.

Acorde a la información publicada por el Sistema de Distribución de Imágenes y Vídeo de Defensa (DVIDS), el submarino que atracó en Guantánamo es el USS Pasadena (SSN 752).

Bajo el lema de "En cualquier momento, en cualquier lugar", el navío cuenta con una tripulación de aproximadamente 140 marineros, capaz de apoyar varias misiones, incluida la guerra antisubmarina, la guerra antibuque de superficie, la guerra de ataque y misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.

La reacción de La Habana se produce en medio de la alarma desatada en Washington tras las revelaciones de la presunta existencia de bases e instalaciones de espionaje y cooperación militar entre el régimen cubano, China y Rusia.

"Solicitamos que el Departamento de Estado y la CIA proporcionen un informe clasificado a nuestros comités, a más tardar el 14 de julio de 2023", indicaron a finales de junio el senador Bob Menéndez y el congresista Michael McCaul, presidentes de comisiones de Asuntos Exteriores del Senado y la Cámara, alarmados por las informaciones sobre el espionaje chino a Estados Unidos desde Cuba.

La respuesta del Departamento de Estado y la Agencia Central de Inteligencia llegará a los legisladores a más tardar este viernes, aunque su contenido será tratado como información clasificada.

Preocupada por la respuesta que ofrezca la administración Biden -que ha admitido la veracidad de la información y reconoció haberla tratado en conversaciones con las autoridades chinas y cubanas-, La Habana protesta cinco días más tarde por la llegada a la bahía de Guantánamo de un submarino nuclear que zarpó de ese puerto hace más de 48 horas.

En ese sentido, la cancillería cubana resaltó en su comunicado que las más de 70 bases militares estadounidenses en la región representan una “amenaza para la soberanía y los intereses de los pueblos latinoamericanos y caribeños”.

Sin embargo, en la propia declaración, la cancillería del régimen cubano desmiente su argumento de la “amenaza” señalando que la Base de Guantánamo carece de importancia estratégica o militar para Estados Unidos, que la utiliza para “ultrajar los derechos soberanos de Cuba” y detener, torturar y violar los derechos humanos de ciudadanos de diversos países.

“El Ministerio, al reiterar el rechazo a la presencia militar estadounidense en Cuba y la demanda de que se devuelva el territorio ilegalmente ocupado en la provincia de Guantánamo, advierte sobre el peligro que entraña la presencia y circulación de submarinos nucleares de las fuerzas armadas de los Estados Unidos en la cercana región del Caribe”, concluyó la declaración fechada a 11 de julio de 2023.

El Contexto

Las declaraciones del régimen cubano se producen también con el trasfondo de su acercamiento a Moscú justo cuando Vladimir Putin está más aislado que nunca por su invasión militar a Ucrania.

A finales de junio, el ministro cubano de las Fuerzas Armadas, Álvaro López Miera, fue recibido en Moscú por su homólogo, Serguéi Shoigú.

Días antes, Putin condecoraba al general López Miera, "por su importante contribución al fortalecimiento de la cooperación militar y técnico-militar entre la Federación de Rusia y la República de Cuba".

En este escenario y por las mismas fechas se conocía que el buque Perekop ,de la Base Naval de Leningrado atracará en el puerto de La Habana en julio, con cientos de cadetes a bordo.

El buque de entrenamiento, perteneciente a la Flota del Báltico, suele navegar con una tripulación de más de 500 cadetes de las universidades militares navales de San Petersburgo, Vladivostok y Baltiysk.

Medios de prensa rusos informaron que las actividades están previstas del 11 al 14 de julio y para ello se conformó una delegación del aliado de Cuba compuesta por representantes del gobierno de San Petersburgo, el Museo Ruso, el comando principal de la Armada Rusa y el gobierno de Moscú.

A comienzos de junio, el general Raúl Castro sostuvo una conversación telefónica con el vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev, en la que “expresó su pleno apoyo a Rusia en relación con la situación en Ucrania y su confianza en la victoria de Rusia”.

“Cuba ha optado por ser un país beligerante del lado del agresor en una guerra europea, donde Putin ha sido declarado criminal de guerra y contra el cual el tribunal Criminal Internacional de La Haya ha emitido una orden de arresto”, consideró el general (r) Rafael del Pino Díaz en el dossier “¿Sacrificarnos por Putin?”, presentado por el centro de análisis Cuba Siglo XXI, que se encarga de evaluar a fondo la naturaleza del régimen cubano.

Según el exmilitar cubano, “el relanzamiento de la alianza de La Habana con Moscú no ocurre porque no haya otras opciones. La razón de optar de nuevo por Moscú, en lugar de por un desarrollo en democracia y libre mercado, apoyado por la diáspora cubana, Washington y la Unión Europea, es que el objetivo de la oligarquía cubana no es el desarrollo nacional ni la prosperidad de la población. Este grupo quiere asegurar cómo mantenerse en el poder, y creen que un sistema centralizado al máximo posible, y a la vez autoritario, es el que más garantías le ofrece a ese fin”.

La protesta este lunes de La Habana vuelve a evidenciar el doble rasero y la manipulación del régimen cubano, que -desde los años 60-, cedió parte de su soberanía y se sometió a la injerencia rusa a cambio de mantenerse en el poder, llegando a instalar misiles nucleares en su territorio, algunos de los cuales llegaron precisamente en cuatro submarinos rusos, según consta en registros desclasificados por Washington para su pública consulta.

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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