Un taxista de La Habana fue acusado de cometer el delito de privación ilegal de libertad contra tres inspectoras de esa ciudad, que lo querían multar por violar el precio topado por el gobierno para el transporte privado.
El incidente ocurrió el martes y las inspectoras fueron retenidas en contra de su voluntad, mientras las transportaban de un municipio a otro, según se refiere en el acta de denuncia que publicó en Facebook la Dirección de Inspección Provincial (DIP) de La Habana.
Las mujeres identificaron al sospechoso como Elide Bueno Dutil y supuestamente cobraba 150.00 CUP por cubrir el tramo entre La Habana Vieja y La Palma, Arroyo Naranjo. La tarifa establecida por el gobierno local es de 75.00 CUP.
"Se las llevó en contra de su voluntad por varios municipios de la capital en el vehículo, por un espacio de tiempo de alrededor de tres horas", dijo la DIP.
El acta policial refleja que Bueno Dutil les permitió bajarse en Fontanar, municipio Boyeros, luego que parara para dejar el vehículo.
La versión oficial de la DIP agrega que las mujeres pudieron ser localizadas "gracias a la rápida acción de sus compañeros y de la PNR".
Posteriormente, el ciudadano fue conducido a la estación de la policía de Santiago de las Vegas, donde se levantó una denuncia en su contra.
"Hechos como estos no pueden ser tolerados, porque entre el secuestro y este delito existe una delgada línea, y la vida de estas valerosas funcionarias estuvo en peligro durante el tiempo que el ciudadano las retuvo", acotó la DIP.
CiberCuba no ha podido contactar con el chofer, para conocer su versión de los hechos.
El Código Penal cubano contempla el delito de privación ilegal de libertad y en él se prevén sanciones de hasta 15 años de cárcel, en los casos más extremos.
El gobierno de La Habana, al igual que en muchos otros territorios, implementó una resolución que dicta los precios máximos que pueden cobrar los taxistas privados.
La medida no solo se volvió impopular, sino que llevó a los boteros a protagonizar un parón, dejando sin servicio a la mayoría de los capitalinos.
“Con la escasez de transporte que hay y no se ponen para lo que tienen que ponerse”, dijo indignado un chofer de La Habana, poco después de ser multado.
Los argumentos que tienen los taxistas privados para sentirse molestos con la medida es que el gobierno no les ayuda a financiar las piezas y repuestos de los vehículos, además el precio del combustible es muy elevado y no siempre es fácil adquirirlo.
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