Anciano expreso político cubano sobrevive en Cuba solo y sin dinero

“Me siento orgulloso de ser cubano y de haber formado parte de los que luchamos contra el comunismo en Cuba”, afirmó Tomás Ramos Ramos Rodríguez, alias El Tigre.

Tomás Ramos Rodríguez ‘El Tigre’ © Captura de video YouTube / CubaNet
Tomás Ramos Rodríguez ‘El Tigre’ Foto © Captura de video YouTube / CubaNet

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Este artículo es de hace 1 año

Tomás Ramos Rodríguez ‘El Tigre’ es un veterano cubano que se define como luchador contra el comunismo y opositor al régimen cubano, lo que le ha llevado a cumplir sentencia en la cárcel en más de una ocasión.

A sus 80 años, El Tigre sobrevive en Cuba solo y sin dinero. Paciente de Párkinson, el anciano relató a CubaNet que se siente abandonado y que consigue mantenerse vivo gracias a la ayuda que le brindan “algunos hermanos”, que le dan “un dinerito” con el que sobrevive malamente.


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“Me siento orgulloso de ser cubano y de haber formado parte de los que luchamos contra el comunismo en Cuba”, afirmó Ramos Rodríguez, cuyo deterioro por la enfermedad empieza a ser visible en el temblor de sus manos, pero no en sus recuerdos y su lucidez.

Arrestado por primera vez a principio de la década de los 60 del pasado siglo, por abastecer y servir de mensajero al grupo guerrillero de Cheito León, anclado en el Escambray, el veterano contó brevemente sus peripecias como opositor a la dictadura cubana.

En aquel entonces, se libró de "la pena de muerte inmediata", por su corta edad, pero fue condenado a 9 años de prisión en La Cabaña, tras la desactivación de la antigua cárcel en Isla de Pinos.

“Jamás podré olvidar a los que fusilaron, ni a los que fueron fusilados”, dijo El Tigre en el reportaje de CubaNet. En declaraciones a este medio, ofrecidas en el año 2019, el opositor rememoró su presidio político en Cuba.

“Todos los días había fusilamiento en La Cabaña (…) Oíamos a los hombres que iban a morir en el paredón gritando: 'Viva Cristo Rey' y 'abajo el comunismo' (...) Morían como hombres gritando sin miedo ninguno”, recordó.

Durante esa estadía en prisión, conoció y entabló amistad con Pedro Luis Boitel, poeta y disidente fallecido en la huelga de hambre del 25 de mayo de 1972. “Aprendí mucho con Boitel. Le agradezco las ideas que tengo, la experiencia que compartí con él, lo que me enseñó”, dijo este lunes Ramos Rodríguez.

Tras esa primera, padeció otras condenas de cárcel. Luego de abandonar Cuba como parte del éxodo masivo del Mariel, El Tigre regresó a la Isla en una lancha rápida con el objetivo de reavivar una célula opositora, pero fue detenido en Varadero.

“Yo logré desembarcar, fui juzgado y sancionado a tres años por entrada ilegal al país. Ellos no me pudieron comprobar nada. A parte, yo traía armas y las tire al mar”, explicó en 2019.

A finales de los 90 regresó nuevamente a Cuba con el objetivo de llevar a cabo un atentado contra Fidel Castro, su hermano Raúl y Juan Almeida Bosque. La operación fracasó y Ramos Rodríguez fue apresado por tercera vez y puesto en libertad casi 10 años después, en 2008.

Ahora, a pesar de su soledad y las dificultades que enfrenta para vivir, dice sentirse orgulloso de su pasado como preso político.

“No tengo nada, ni seguro de vida ni chequera. Algunas veces me he quedado sin comer”, dijo el anciano en 2019; una situación que no ha hecho más que agravarse en los últimos tiempos. Encima, Estados Unidos le ha negado la visa por considerarlo un terrorista.

El Tigre niega que sea un terrorista y defiende que su causa es la libertad de Cuba. “En definitiva mi causa no es terrorismo mi causa dice 'rebelión y otros actos contra la Seguridad del Estado'(...) Si aquel que lucha por la libertad del país, de su patria y en contra del comunismo es terrorista, entonces soy tremendo terrorista”, comentó años atrás.

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