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Mydalis Naranjo Blanco, viceministra de la Industria Alimentaria, afirmó en el programa oficialista Mesa Redonda, que la falta de pescado en los comercios se debe a la falta de peces en las aguas de Cuba.
“Aunque somo un país que está rodeado de mar, nuestras aguas no poseen los niveles de pescado que necesitamos para cubrir la demanda de la población, para satisfacer esta demanda creciente”, dijo la funcionaria, en una afirmación que se ha viralizado en las redes sociales provocando indignación y sorna entre los cubanos.
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En medio de la crisis alimentaria que padece la isla, las afirmaciones de esta funcionaria, aunque no carecen de cierta razón, entran en contradicción con las noticias habituales sobre la industria pesquera cubana, que hablan de sobrecumplimiento de productos exportables y precariedad del mercado interno.
En abril pasado, por ejemplo, se conoció que la Empresa Pesquero Industrial Cienfuegos (Epicien) sobrecumplió los planes de captura del camarón, la jaiba y la langosta, destinados al mercado internacional; e incumplieron la pesca de escama y los compromisos en la acuicultura para el consumo de la población del país.
Aún así, los habituales cuestionamientos acerca de la falta de pescado en una isla rodeada de mar ignoran el hecho apuntado por expertos del fatalismo geográfico de habitar el Caribe, donde existen aguas ricas en biodiversidad, pero pobres en nutrientes, lo que hace que la población de peces sea menor que en zonas continentales.
A pesar de que, en 2019, el gobierno cubano aprobó una Ley de Pesca con la promesa de garantizar la “soberanía alimentaria” del país, los cubanos continúan sin consumir pescado. Desde hace años la población compra ese alimento en el mercado negro porque su venta escasea en los comercios estatales.
En febrero pasado, el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, anticipó en un encuentro con pobladores de la comunidad pesquera de Caletones, en el municipio holguinero de Gibara, que se avecina la aprobación de “un grupo de modificaciones” a la Ley de Pesca.
Entre los cambios previstos está una ampliación de las zonas de captura y la autorización de venta en puntos habilitados.
No obstante, expertos han advertido que la pesca no se recuperará en Cuba a los niveles de décadas anteriores, pues desde los noventa, la flota pesquera cubana se fue retirando gradualmente de los caladeros internacionales de peces porque sus embarcaciones eran obsoletas.
“Es importante señalar que dicha flota pescaba en aguas internacionales y traía para Cuba más de 100,000 toneladas de pescado, además, en aquella época alcanzábamos en nuestras aguas, cifras superiores a las 70,.000 toneladas de productos pesqueros e importábamos alrededor de 33,000. Todo eso hacía que Cuba tuviese mayor volumen de productos marinos que daba para un consumo anual por habitantes de 18 kilogramos”, explicó en 2020, Ariel Padrón Valdés, por entonces director de Regulaciones Pesqueras y Ciencias del Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL).
En esa fecha, la población cubana consumía menos de 4.0 kilogramos de productos del mar al año per cápita.
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