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Las intensas lluvias de los últimos días dejaron devastadoras consecuencias en la provincia de Granma, exponiendo una vez más las deficiencias en la preparación y respuesta del gobierno cubano frente a desastres naturales.
Durante una videoconferencia, el dirigente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez se reunió con las máximas autoridades de las provincias más afectadas, donde se revelaron las terribles condiciones en las comunidades rurales y la pérdida sufrida por numerosas familias.
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Las autoridades políticas y del gobierno hicieron hincapié en los esfuerzos en curso para recuperar las comunidades dañadas por las inundaciones, según un reporte del Canal Caribe.
Sin embargo, persisten la falta de planificación y coordinación efectiva ante la demora en la evaluación de los daños y en la asignación de recursos materiales.
Aunque se informa que las aguas han disminuido su nivel, todavía hay comunidades sumergidas en la provincia de Granma, donde más de 200 personas siguen evacuadas y dependiendo de la ayuda de familiares y amigos. Además, se reporta un elevado número de viviendas afectadas y una significativa pérdida de bienes, como colchones y electrodomésticos.
Mientras tanto, en otras provincias como Camagüey, Las Tunas, Holguín y Santiago de Cuba, se menciona el restablecimiento parcial de los servicios eléctricos y de telecomunicaciones, así como los esfuerzos en la recuperación de infraestructuras viales y la reanudación de las actividades agrícolas.
Se menciona la recogida de donaciones por parte de organizaciones políticas, el sector cooperativo, el sector privado y la población en general. Sin embargo, existe incertidumbre sobre si estos recursos llegarán a tiempo y de manera equitativa a las comunidades más necesitadas.
Las lluvias e inundaciones en la zona centroriental de Cuba dejó un saldo de al menos seis muertos, así como importantes daños en viviendas y sembrados.
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