Dennis Domínguez, el padre del joven asaltado con un machete en Holguín en marzo pasado y que permanece ingresado desde entonces, denunció la mala alimentación en el hospital pediátrico de la provincia, donde "hay días que dan una bola de fongo".
El hombre afirmó que su hijo, Lester Domínguez, se encuentra recuperándose sin nuevas complicaciones, no ha tenido más fiebre y la escara que lo afectaba está por desaparecer; pero consideró que la alimentación en el hospital es insuficiente para que un paciente que ha pasado semanas en estado grave se recupere.
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"A veces en los hospitales no hay la alimentación que lleva el paciente y me dicen que no puedo tener un pomo de aceite, ni alimentos para cocinar", explicó.
"Aquí hay días que te dan una bola de fongo (plátano burro) para el desayuno y si el paciente no se lo come, cómo podemos recuperarlo, de verdad no puedo entender eso protocolo", expresó.
En un post posterior dijo que el menor sigue estable, sin fiebre, y se cambió de sala para recibir fisioterapia. Los médicos prevén darle de alta el viernes 16 de junio.
Domínguez Ortiz, de 16 años, fue asaltado a machetazos cerca de la medianoche del pasado 21 de marzo para robarle su celular, un Huawei.
El agresor fue capturado a los seis días por la policía y casi un mes después el teléfono fue devuelto a la familia.
El responsable del hecho, nombrado Adrián Grass Bermúdez, confesó el robo.
El sujeto había participado en otros dos robos de celulares, uno en febrero, que no había sido denunciado porque la víctima pensó que no sería recuperado, y otro en marzo igual que el de Lester.
Durante el asalto el joven fue atacado con un machete que casi cobra su vida, desde entonces permanece ingresado en el hospital pediátrico de Holguín.
En abril pasado el padre del menor ya había denunciado que los pacientes ingresados en la sala de Terapia Intensiva del Hospital Pediátrico "Octavio de la Concepción y la Pedraja", en Holguín, estaban mal alimentados.
"Las fórmulas, para alimentar a nuestros hijos, son envasadas en botellas de cerveza de cristal y la tapa es un pedazo de papel, amarrado con una gasa", dijo una mujer, que no quiso ser identificada por temor a represalias.
A esto hay que sumarle las constantes roturas de la máquina que utilizan para preparar los alimentos, y aunque se quejan, no saben cuándo se solucionará el problema.
"Es grave lo que estamos viviendo aquí. Ojalá el mundo entero sepa lo que pasa en la potencia médica", acotó.
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