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Joven cubano entrega alimentos a mendigos en el boulevard de Camagüey

"La singularidad de esta historia radica en que exista dentro de la sociedad cubana de hoy, sumida en la miseria tanto económica como moral, una persona tan bondadosa, altruista y desinteresada"

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Foto © Facebook/

El escritor independiente Pedro Armando Junco López relató cómo fue testigo en la mañana de este jueves del momento en que un joven entregaba bocaditos y refrescos a varios mendigos en la ciudad de Camagüey, algo que asegura que lo dejó muy impresionado en un momento en que en la sociedad cubana va al alza "el sálvese quien pueda".

"Esta mañana, mientras recorría el Boulevar de la Calle República y contemplaba a un mendigo echado a todo largo sobre el portal de la librería Ateneo, me sorprendió una escena inusual en la sociedad en que vivimos. Un hombre joven que llevaba casco de motociclista en la cabeza, se acercó al mendigo, lo incorporó hasta recostarlo a la pared de la librería, y con voz tierna le preguntó si tenía hambre", comenzó explicando Junco López en una publicación en Facebook.

Cuenta que tras recibir una respuesta afirmativa, el joven entregó un bocadito y un refresco al hombre. La escena le dio curiosidad al escritor, que optó por seguir durante un rato al buen samaritano, hasta que lo vio hacer algo similar con otra persona sin hogar.

"La singularidad de esta historia radica en que exista dentro de la sociedad cubana de hoy, sumida en la miseria tanto económica como moral, una persona tan bondadosa, altruista y desinteresada, cuando a la orden del día está el incremento delincuencial y el sálvese quien pueda", recalcó el intelectual cubano.

Pedro Armando Junco dice que cuando el joven llegó a su motocicleta para marcharse, el ciudadano solidario se percató de que él lo estaba siguiendo.

"Lo saludé con el pulgar hacia arriba y me respondió de igual manera. Lo vi partir feliz y hasta me pareció sentir caer desde el cielo lluvia de bendiciones. A despecho de tantos que pregonan serlo, hoy tuve la dicha de conocer a un verdadero cristiano", concluyó Pedro Armando Junco.

El hecho, que toca la fibra sensible de un país lastimado como nunca antes por el hambre, generó más de 500 comentarios, muchos de ellos alabando el hermoso gesto del ciudadano anónimo, que se suma a otros hechos similares recientes, como el de una madre que cocinó en la ciudad de Holguín y salió el martes de esta semana en compañía de su hijo menor de edad a la calle a repartir alimentos entre ancianos sin hogar.

La mendicidad se ha incrementado de forma notable en el país en un contexto marcado por la inflación, la escasez de alimentos y los bajos salarios y jubilaciones.

En medio de la falta de atención de las autoridades, la iglesia, activistas o ciudadanos anónimos desarrollan iniciativas para ayudar a los más necesitados.

En ese contexto, es Camagüey justamente una de las provincias más castigadas por la mendicidad. En enero trascendió la historia de Manolito y Ricardo, dos ancianos hermanos que llevan más de cuatro años en la calle y que recibieron la ayuda desinteresada del periodista José Luis Tan Estrada, coordinador del grupo Red Nacional #DeCorazón en la provincia agramontina.

También a inicios de año, la Iglesia Cristiana Pentecostal de Cuba en esa provincia llevó abrigos, sábanas y bebidas calientes a personas necesitadas que pernoctan en las calles de la ciudad de Camagüey.

Los jubilados, y en general los adultos mayores, son uno de los grupos de población más golpeados en la actual crisis en Cuba. Sus pensiones no les alcanzan para cubrir las necesidades básicas para vivir y dependen de otras personas. Al no tener apoyo en sus familias, o estar solos en el país, muchos terminan en la calle.

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