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Una madre cubana cocinó en la ciudad de Holguín y salió en compañía de su hijo a la calle a repartir alimentos entre ancianos sin hogar este martes.
"Hoy simplemente fue un día hermoso... mi hijo y yo cocinamos para los viejitos sin hogar... Gracias mil gracias a mis vecinos, que siempre me ayudan con lo que puedan", escribió en Facebook la internauta Arisuleidy Zaldívar Silva.
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La joven aprovechó para agradecer a un muchacho que la vio y la llevó por toda la ciudad en su triciclo sin querer cobrarle el viaje.
"Dios nos bendiga a todos", concluyó Zaldívar Silva, que acompañó su gesto de numerosas fotos que dan fe de su recorrido, en el que dio de comer a gran cantidad de personas, según revelan las imágenes.
Es un hecho que cada día es más común encontrar en Cuba a personas que sobreviven pidiendo limosnas, buscando restos de alimentos en la basura e incluso durmiendo en la calle.
La mendicidad se ha incrementado de forma notable en el país en un contexto marcado por la inflación, la escasez de productos básicos y los bajos salarios y jubilaciones.
Paralelamente, en redes sociales cada vez más cubanos han hecho notar la gravedad del fenómeno, una realidad que durante décadas el régimen aseguró que no se podía encontrar en las calles del país.
DatoWorld, un reconocido observatorio electoral internacional que evalúa parámetros como el ingreso per cápita, el acceso a los servicios de salud, a la seguridad social, la alimentación y espacios de la vivienda, dio a conocer en días recientes que Cuba es actualmente el país más pobre de América Latina, con un 72 por ciento de índice de pobreza.
En medio de la falta de atención de las autoridades, la iglesia, activistas o ciudadanos anónimos -como esta madre y su hijo- desarrollan iniciativas para ayudar a los más necesitados.
En las últimas semanas son varias los incidentes que confirman la extrema vulnerabilidad de los ancianos en Cuba, muchos de ellos víctimas especialmente sensibles de la escasez de alimentos, ante el drama agudizado de pensiones irrisorias y una inflación desbocada.
A finales de mayo, una cubana compartió en redes sociales un conmovedor encuentro que tuvo en las inmediaciones del Capitolio habanero con un anciano que le pidió pan porque tenía hambre. Tras contestarle al anciano que no tenía pan ni alimento alguno encima, pero que podía darle 50 pesos, el viejito comenzó a llorar y le dijo que eso era “mucho dinero”. En ese momento el abuelito sacó 20 pesos del bolsillo y le dijo “tengo dinero, pero necesito un pan”.
Esta misma semana, otro anciano cubano famélico se desmayó en la calle Galiano entre Neptuno y San Miguel, en Centro Habana, donde tuvo que ser socorrido por transeúntes que le facilitaron alimentos y líquidos para intentar reanimarlo.
Hace algunas semanas otro adulto mayor se desmayó en plena calle Aguilera, justamente en la ciudad de Holguín, donde recibió ayuda de transeúntes que pasaban por el lugar. Lamentablemente, en ese caso falleció tras ser trasladado al hospital.
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