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Demuelen viviendas aledañas al Hotel Saratoga

Los inquilinos de Prado 609 llevan un año de espera por una solución a su problema de vivienda.

Demolición del edificio colindante © CiberCuba
Demolición del edificio colindante Foto © CiberCuba

A poco más de un año de la explosión del Hotel Saratoga de La Habana, las autoridades cubanas finalmente comenzaron a demoler las viviendas ubicadas en Prado 609, destruidas por el impacto de la tragedia, según reportes de medios independientes.

El portal de noticias Cubanet difundió este martes en Twitter un video de la demolición iniciada la víspera en el edificio aledaño al hotel, el cual resultó fuertemente impactado por la explosión de gas ocurrida el 6 de mayo de 2022, que dejó 47 víctimas mortales y 99 lesionados.

También la noticia de la demolición fue confirmada por el diario independiente 14yMedio, así como por cuentas de internautas en Twitter, aunque sin dar más detalles de este proceso.

Tras el siniestro, la estructura del inmueble quedó inhabitable y todos sus residentes tuvieron que abandonarlo.

En septiembre de 2022, una de sus residentes volvió a su casa para ver en qué estado había quedado y aseguró que solo existía ruina y destrucción.

Bárbara Tenreyro, vecina de Prado 609, publicó en Facebook fotos del edificio antes de la catástrofe para mostrar cómo lucía el sitio y ofrecer un contraste con los escombros que quedaron en lugar del inmueble. “Así era nuestra vida... Así era nuestro edificio, nuestro hogar”, escribió en esas fechas.

“Todo se ha perdido, no queda nada de lo que construimos con gran esfuerzo. Hoy solo existe ruina y destrucción y una gran desesperanza e incertidumbre, sin saber cuándo volveremos a esa vida que habíamos logrado con tanto sacrificio”, reconoció con pesar en su post.

En las fotos incluidas por Tenreyro se pudo apreciar el interior del edificio, pintado de verde y algunas lujosas habitaciones de los apartamentos que fueron parte de “esa vida” que perdieron cuando el inmueble sufrió el impacto de la explosión que se detonó en el Hotel Saratoga.

La vecina expresó, además, el dolor de todos los antiguos habitantes del edificio por haber perdido sus viviendas.

Tenreyro expuso en fotos las vistas que se podían apreciar desde los balcones de las habitaciones, el perfecto estado de las escaleras, los pasillos y la amplitud del edificio, además de imágenes de la ruina ocasionada por la explosión de la instalación estatal turística aledaña.

Dijo, también, que los apartamentos estaban siendo sometidos a saqueos constantes, ya que les habían sustraído instalaciones eléctricas, sanitarias y de cocina, además de equipos, muebles, puertas, rejas, entre otros elementos más, y que aún no sabía que iba a pasar con sus vidas.

En enero último, el gobierno entregó ocho viviendas a familias de los edificios de Zulueta 508 y 512, entre Monte y Dragones, los cuales también fueron destruidos por la explosión.

Las casas fueron levantadas en calle Vives, entre Carmen y Figuras, en La Habana Vieja, y los damnificados debían concluir la instalación eléctrica, según el diario oficial Tribuna de La Habana.

El periódico comentó en esa ocasión que los nuevos inmuebles fueron construidos con el sistema FORSA, mediante el uso de hormigón fundido, el cual agiliza la terminación, y algunos tienen hasta cuatro recámaras en dependencia de la cantidad de miembros del núcleo familiar.

Este 6 de mayo último se cumplió un año de la tragedia, fecha que fue recordada por los Bomberos Cubanos en Facebook, donde publicaron impactantes imágenes de las largas jornadas para rescatar a las víctimas después de la explosión.

La explosión en el hotel de lujo del centro histórico de La Habana se registró un viernes a las 10:50 de la mañana. Además del emblemático Hotel Saratoga, también se dañaron las estructuras de edificaciones cercanas como una escuela primaria, la iglesia bautista El Calvario y el mítico Teatro Martí. En total se reportaron 23 edificios afectados por la onda expansiva, de ellos 17 pertenecientes a viviendas.

Atribuida a una fuga de gas durante su trasvase a las instalaciones del hotel, que se encontraba en operaciones de mantenimiento para abrir luego de estar cerrado durante la pandemia de coronavirus, la explosión movilizó a las máximas autoridades del país y significó un punto de inflexión en la percepción de los cubanos acerca de los negocios hoteleros e inmobiliarios en manos del Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA), en poder de los militares del régimen cubano.

Pendiente de los resultados de una investigación prometida por las autoridades, la explosión del Hotel Saratoga puso el foco en el opaco entramado empresarial gestionado entonces por el general de división Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, quien falleció de un paro cardiorrespiratorio dos meses después del siniestro.

Terminadas las labores de rescate, arquitectos e ingenieros especializados aseguraron que la estructura del Saratoga era salvable para acometer una segunda restauración del inmueble. A un año del trágico incidente, la reconstrucción del hotel avanza, mientras se mantenían los daños provocados en las edificaciones aledañas, cuyos inquilinos fueron desalojados y muchos esperan aún por una solución a su problema de vivienda.

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