El general Gary Augusto Prado Salmón, quien lideró la operación militar de captura del guerrillero Ernesto Che Guevara en Bolivia en 1967, falleció la tarde de este sábado en Santa Cruz de la Sierra a los 84 años.
La familia del general confirmó su fallecimiento, ocurrido a causa de complicaciones renales que lo mantuvieron hospitalizado por las últimas dos semanas.
"El Señor acaba de llamar a su Reino a mi padre Gral Div SP Gary Augusto Prado Salmón. Se fue acompañado de su esposa e hijos. Nos deja un legado de amor, honradez y temple. Fue una persona extraordinaria. Gracias a quienes nos apoyaron en este tiempo de su agonía. Dios los bendiga", escribió su hijo, Gary Prado Araúz, en sus redes sociales.
Con su muerte, desaparece la última figura boliviana responsabilizada directamente con la captura y ejecución del Che. El pasado marzo había fallecido, a los 80 años, Mario Terán, el suboficial que ejecutó al guerrillero argentino por orden del entonces presidente y militar René Barrientos, quien murió en 1969. El comandante en jefe de las fuerzas armadas, general Alfredo Ovando Candia, falleció en 1982.
Los dos cubanoamericanos agentes de la CIA que están asociados a la captura y horas finales del Che, Félix Ismael Rodríguez y Gustavo Villoldo, viven aún en Estados Unidos.
Prado, popularmente conocido como El General, fue declarado Héroe Nacional por el Congreso de la República de Bolivia en 1967 en reconocimiento a su papel en la defensa del territorio nacional contra los guerrilleros de Ñancahuazú.
En funciones de comandante de la Octava División del Ejército boliviano y con grados de capitán, lideró el grupo militar que capturó al Che en la Quebrada del Yuro, en las inmediaciones del poblado de La Higuera, el 8 de octubre de 1967.
En sus libros testimoniales Cómo capturé al Che y La guerrilla inmolada, ambos de 1987, Prado relató su experiencia como captor del Che y del último reducto de su guerrilla, y abordó las condiciones históricas, económicas y sociales que hicieron fracasar la apuesta de una revolución popular en la Bolivia de los años 60.
"A Fidel Castro el Che le sirvió más muerto que vivo, esa guerrilla fue enviada al sacrifico en aras del altar del castrismo”, dijo en una entrevista tras el lanzamiento de La guerrilla inmolada.
Prado sostuvo una larga conversación con el Che en la escuela de La Higuera donde permaneció detenido la noche antes de su ejecución. El guerrillero le entregó el reloj Rolex que Fidel Castro le había regalado al salir de Cuba y le pidió al general que lo guardara.
En la charla nocturna con el Che, Prado compartió café y cigarros con él, y le pronosticó que seguramente lo llevarían a un juicio. Nunca fue partidario de su ejecución, porque pensaba que en el momento de la captura el guerrillero era una persona totalmente derrotada y consciente de su fracaso, y matarlo solo hizo nacer el mito,
El general conservó el reloj durante años hasta que se restablecieron las relaciones diplomáticas entre Cuba y Bolivia, en 1983, y aprovechó para hacérselo llegar a la familia del Che, con una carta de su puño y letra enviada al entonces Ministro del Interior, Ramiro Valdés Menéndez.
Prado nació en 1938 en Roma, Italia, donde residía entonces la familia antes de desencadenarse la II Guerra Mundial. Por entonces su padre, Julio Prado Montaño, cursaba una beca en Italia junto a un grupo de oficiales bolivianos que habían tenido un papel destacado en la Guerra del Chaco, conflicto bélico librado contra Paraguay entre 1932-1935.
Pero el vástago fue algo más que un militar tradicional, con posturas que lo distanciaron de la derecha castrense y del régimen dictatorial de Hugo Banzer (1971-1978), que llegó al poder mediante un golpe de Estado. Durante la dictadura de Banzer vivió exiliado en Paraguay y desde entonces fue considerado como un militar institucionalista, que defendió la devolución y permanencia de las fuerzas civiles en el poder.
En su trayectoria se destacan momentos notables como político, embajador, historiador y profesor universitario de Relaciones Internacionales.
En 1978 retornó a Bolivia y fungió como ministro de Planeamiento del gobierno del general David Padilla. En la vida política, fue además electo concejal en Santa Cruz de la Sierra y se desempeñó como jefe departamental del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), bajo el el liderazgo de Jaime Paz Zamora.
Junto a Paz Zamora retornó a las labores desde el Palacio de Gobierno en La Paz antes de ser nombrado embajador en el Reino Unido. También cumplió labores diplomáticas en España y México, entre 1997 y 2000.
En 2011 fue detenido y sometido a arresto domiciliario por su presunta implicación en el llamado Caso Terrorismo, un turbio e intrincado proceso por el intento de organizar un grupo armado para promover la independencia de Santa Cruz de la Sierra, motor económico del país y foco de la oposición al gobierno de Evo Morales.
Prado negó siempre su participación en el complot y la existencia de la supuesta célula terrorista para asesinar al presidente. En 2020, el juicio concluyó durante el gobierno provisional de Jeanine Áñez y el caso fue sobreseído.
Deja escritos varios libros de valor histórico y testimonial, y unas memorias personales inconclusas. Fue un activo conferencista y participante en debates e intervenciones públicas.
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