Richard Marchante García, el barbero cubano que sufrió acoso luego de que en julio de 2021 se negara a pelar a un miembro de la Seguridad del Estado, anunció con pesar que las autoridades migratorias de EE.UU. le negaron el asilo político.
El cubano pidió este miércoles apoyo y orientación para saber qué puede o debe saber de ahora en adelante. Marchante García ingresó a Estados Unidos el 18 de marzo de 2022. Lo liberaron con un formulario I-220A. Se estableció primero en Arkansas, luego se mudó a Nebraska, desde donde presentó sus papeles, según detalló en un video publicado en Facebook.
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Richard explicó cuál fue su sorpresa al comprobar que el asilo presuntamente le ha sido “denegado por el cambio de dirección que solicitó".
“No entiendo que a una persona como a mí me denieguen el asilo cuando luego entra gente que en Cuba fueron jueces, oficiales de la Seguridad y a todos les aprueban el asilo en cuestión de segundos”, se quejó.
“¿Cómo me lo niegan a mí, que fui perseguido, reprimido, acosado y que no fui encarcelado porque me fui de Cuba, porque tuve que irme. ¿Qué es lo que está pasando aquí con la justicia de este país, con migración? No entiendo. Ni sé que pueda pasar conmigo", lamentó.
En su transmisión suplicó información sobre qué otro paso tiene que seguir para poder alcanzar un estatus de legalidad y poder tener identificación, cuenta de banco, licencia y permiso de trabajo. No obstante, el barbero ha mostrado en redes sociales que de momento se va ganando la vida en la construcción, además de que mantiene también su oficio.
"Que alguien me oriente a ver qué otro paso puedo hacer, si puedo solicitar lo de la Ley de Ajuste, porque ya llevo más de un año", concluyó Richard.
A finales de julio de 2021, pocos días después de las protestas del 11J, Marchante García se dio a conocer tras negarse a darle servicio a un cliente por considerarlo un represor al servicio de la Seguridad del Estado.
Un video filmado y compartido por el emprendedor mostró su discusión con el presunto agente castrista, quien primero le exigió que cerrara el local y, ante la negativa del joven, lo amenazó con llamar a la policía.
A ese episodio, que lo convirtió en "el barbero que no pela chivatos", siguieron varias evidencias de acoso y citaciones policiales.
"No le tengo miedo a la dictadura ni a sus esbirros, y les aclaro que no soy un delincuente ni mucho menos un terrorista, solo soy un cubano, que se cansó de las mentiras y de la miseria en la cual lo han hecho vivir...", dijo en Facebook en octubre de ese año, tras compartir imágenes de la vigilancia a la que estaba siendo sometida su vivienda.
En los últimos meses, una cantidad creciente de cubanos que fueron liberados con el formulario I-220-A, conocido como "orden de libertad bajo palabra", han venido insistiendo en que se les reconozca su entrada a Estados Unidos y lamentan que no pueden ajustar su condición migratoria. Una decisión judicial previa había reconocido la I-220-A como una entrada legal al país o parole, pero sólo entre enero de 2017 y enero de 2021.
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