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Es difícil atribuir el surgimiento de una ciudad a una persona, pero esto no ocurre con Miami. Su origen está vinculado estrechamente al sueño de progreso que tuvo Julia Tuttle, una mujer que llegó al sur de Florida con sus hijos y sintió que era el lugar perfecto para establecer un gran hogar.
Julia Tuttle es considerada en la actualidad como la única mujer fundadora de una ciudad estadounidense de importancia nacional e internacional.
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¿Quién fue Julia Tuttle?
Julia Sturtevant Tuttle fue una emprendedora estadounidense. Nació el 22 de enero de 1849 en Cleveland, Ohio. Era hija de Ephraim Sturtevant, un profesor, agricultor y senador, propietario de tierras en Florida.
La joven contrajo matrimonio a los 18 años con Frederick Leonard Tuttle con quien tuvo dos hijos. En 1875 los Tuttle viajaron por primera vez a la Bahía de Biscayne para visitar un campo de naranjos de 40 acres que el senador había comprado.
A Julia la experiencia le pareció encantadora, los paisajes del sur la sedujeron, pero volvió a su vida habitual en Cleveland hasta que la muerte de su marido la obligó a tomar una decisión radical. Tuvo que vender el negocio de fundición que tenían y convertir su casa en una pensión para poder pagar las deudas.
En 1890, tras la muerte de Ephraim Sturtevant, Julia recibe en herencia unas tierras en Florida. Vendió todo lo que tenía en Ohio y se mudó a la Bahía de Biscayne, con sus dos hijos, una criada y una vaca, según indica la revista De Norte a Sur.
Los orígenes de Miami y la importancia del ferrocarril
Julia usó todo su patrimonio para adquirir 640 acres en la zona norte del río de Miami. Allí se estableció y comenzó a buscar alternativas para incrementar la población local y atraer a visitantes que reconocieran los valores paisajísticos y las oportunidades de desarrollo en la región.
Este papel de liderazgo en una sociedad patriarcal no era nada sencillo. Pocos empresarios la tomaban en cuenta, en particular cuando se le ocurrió pedir ayudas para que el ferrocarril llegara hasta sus tierras, algo que era imprescindible para incrementar el comercio.
Julia pidió colaboración a Henry Flagler, magnate y propietario de una importante compañía de ferrocarriles. Le ofreció dividir sus propiedades si accedía a llevar una línea de trenes hasta Miami, pero nadie apostaba por aquella idea.
Los asesores de Flagler consideraban una inversión demasiado costosa construir un ferrocarril en la zona de los Everglades. La propuesta de Tuttle fue rechazada en varias ocasiones.
En el invierno de 1894-1895 ocurrió una gran helada que afectó al norte de Florida. Dejó destrucción en los cultivos y pérdidas millonarias para los propietarios de tierras.
Mientras muchos empresarios sacaban las cuentas de todo lo perdido, Julia entendió que tenía una oportunidad ante sí. Envió unos ramilletes de flores de naranjo frescas a la familia Flagler, demostrándole el error que cometieron al no invertir en el ferrocarril hacia Miami.
El 15 de febrero de 1896, Flagler envió al sur de Florida a un grupo de sus mejores ingenieros. El acuerdo entre Tuttle y el magnate fue llevar el ferrocarril hasta la región, a cambio de un terreno para el Royal Palm Hotel y una estación gratuita para el Ferrocarril de la Costa Este de Florida que recibió su primer tren el 22 de abril de 1896.
También William y Mary Brickell, conocidos de Tuttle desde Cleveland y propietarios de tierras en el sur del río, ofrecieron terrenos a Flagler.
El 28 de julio de ese mismo año, los hombres residentes en el sur de Florida votaron para incorporar una nueva ciudad en el estado. Así nació Miami y nunca más detuvo su crecimiento, continua en transformación hasta la actualidad.
Julia Tuttle, la madre de Miami
El 14 de septiembre de 1898, con solo 49 años, murió la empresaria Julia Tuttle, por un aneurisma o un tumor cerebral. Fue enterrada en el Cementerio de la Ciudad de Miami y un pedestal de mármol destaca su tumba.
Al fallecer dejó una gran deuda, entre otras razones por las concesiones de tierras hechas a Flagler para el desarrollo de Miami. Sus hijos usaron la herencia para saldar deudas y su hija marchó de la ciudad.
Durante largas décadas el nombre de esta mujer emprendedora, que llegó al sur de Florida y se planteo fundar una ciudad, quedó en el olvido. En la segunda mitad del siglo XX la figura de Tuttle comenzó a ser reconocida gracias a la labor de historiadores que documentaron sus aportes al desarrollo de esta región.
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