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Las posibilidades de que Cuba consiga sobrevivir a la ronda preliminar del Clásico Mundial, reducidas sensiblemente tras la derrota contra Italia, pasan en primer término por doblegar mañana a la escuadra anfitriona del grupo, Taipéi.
Será cosa de ganar o morir, si bien vale aclarar que inclusive podría darse el caso de que lleguemos eliminados al partido si Italia vence esta noche a Panamá y luego Holanda dispone de los propios taipeyanos. Eso, porque en caso de cerrar igualados con los bambinos, estos serían favorecidos por el resultado en el duelo particular.
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Pero dejemos encendida la vela de la esperanza. Supongamos que no se da esa combinación de resultados y es preciso vencer sí o sí al cuadro local. ¿A qué nos estaríamos enfrentando?
A menos que se produzca una sorpresa (digamos, que el manager asiático decida encomendarle la apertura a un relevista), Taipéi tendrá en el box a Shih-Peng Chen, un zurdo de 25 años con seis temporadas de experiencia en la liga profesional doméstica.
Siempre con la franela de los Guardianes de Fubon, el equipo que derrotó a Cuba par de veces en la etapa preparatoria del evento, el lanzador de 1.74 metros acumula 94 salidas (85 de ellas como abridor), y justo en la última campaña alcanzó su rendimiento top con ocho éxitos, seis fracasos y efectividad de 2.69.
Los escasos reportes encontrados en internet dan cuenta de que se trata de un lanzador con velocidad tope de 90 mph cuyo repertorio incluye recta, slider, curva y cutter.
En cuanto a su ofensiva, Taipéi lleva cuatro jonrones en dos choques -líder del torneo-, apenas ha recibido siete ponches y no ha robado bases. Su gran figura en este apartado es el camarero Yu Chang, que el año pasado jugó en el máximo nivel para Cleveland, Pittrsburgh, Tampa y Boston y en este Clásico exhibe línea de .444/.500/.889.
En el traspié ante Panamá el equipo se apuntó 13 imparables, y en la victoria sobre Italia pegó 16. Eso sí, los rivales le han hecho un global de 19 carreras con 25 hits (PCL de 9.00 con 14 boletos en 18.0 entradas).
O sea, que la cara que ha mostrado este grupo se resume en la excelencia para usar el madero -ojo Elián Leyva- y la debilidad monticular, excepción hecha de su buen rendimiento en el último tercio de partido.
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