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Un hombre residente en el condado Charlotte, en Florida, murió tras infectarse con la rara bacteria comecarne Naegleria fowleri, conocida popularmente como "ameba comecerebro".
Las autoridades sanitarias señalaron en un comunicado que el fallecido, cuya identidad no fue divulgada, sufrió una infección por ese parásito "posiblemente como resultados de prácticas de enjuague de los senos paranasales con agua del grifo", aunque permanece abierta la investigación.
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La Naegleria fowleri es una ameba viva unicelular microscópica que vive en el ambiente sin causar daño al ser humano, pero cuando prolifera en aguas cálidas puede llegar a causar infecciones mortales.
Las infecciones por esta bacteria son raras y solo pueden ocurrir cuando el agua contaminada con amebas ingresa al cuerpo a través de la nariz. Sin embargo, una persona no puede infectarse por beber agua del grifo.
Las autoridades sanitarias federales alertaron a la población del peligro y recomendaron que sólo utilicen agua destilada o descontaminada a la hora de preparar soluciones de enjuague nasal, para lo que recomiendan hervir la solución como mínimo un minuto antes de consumirla.
Según datos del Departamento de Salud, este parásito infecta a alrededor de tres personas al año en Estados Unidos.
Sólo cuatro de 154 infectados han sobrevivido en todos los casos contabilizados entre 1964 y 2021.
Los protozoos del género Naegleria son organismos unicelulares que suelen encontrarse en aguas calientes y estancadas, como lagos, ríos y fuentes termales, así como en charcos calentados por el sol.
Solo una especie, la Naegleria fowleri, afecta a los humanos. Muchas de las víctimas suelen contaminarse cuando nadan, bucean o meten la cabeza en ecosistemas de agua dulce como lagos y ríos.
El patógeno viaja por la nariz hasta el cerebro, donde destruye el tejido cerebral y causa una infección grave llamada meningoencefalitis amebiana primaria (MAp), que tiene una tasa de mortalidad de un 97%.
Algunos de los síntomas incluyen dolor de cabeza, fiebre, náuseas, desorientación, vómitos, rigidez de nuca , convulsiones, pérdida del equilibrio ý alucinaciones.
Según datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el año pasado murió un niño que contrajo ese parásito después de nadar en el lago Mead, en Nevada; otro niño falleció en Nebraska y una persona residente de Missouri, se infectó después de bañarse en Iowa.
Solo en 2018 se contabilizaron 381 casos en todo el mundo, entre ellos en España, donde una niña residente en Toledo sobrevivió al primer caso reportado en el país europeo.
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