La periodista italovenezolana Marinellys Tremamuno fue agredida esta semana en la vía pública por un activista simpatizante con el gobierno cubano mientras se transmitía un video sobre la visita de Mariela Castro Espín a la Universidad Valdense, en Italia.
El agresor fue identificado como Marco Papacci, presidente de la Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba y a quien el gobierno de Miguel Díaz-Canel calificó de "italiano incondicional".
Un video para el medio independiente CubaNet, muestra a Papacci acercándose a la reportera el pasado 21 de febrero; primero se puso frente a la cámara intentando interferir en la transmisión y cuando Tremamuno le preguntó si quería decir algunas palabras, le intentó arrebatar el teléfono de un manotazo, un comportamiento recurrente de los defensores del régimen.
"El incidente fue visto en vivo por cientos de personas siguiendo la transmisión del video , y Papacci se detuvo cuando se dio cuenta de que la transmisión en vivo estaba encendida", escribió la periodista en Brújula Cotidiana.
Tremamuno aseguró que el activista comunista aprovechó que la policía estaba deteniendo a un individuo para acercarse e impedir, de manera violenta, la transmisión en vivo.
"Marco Papacci no solo violó el derecho a la libertad de prensa, sino que también actuó con impunidad y violencia contra una mujer periodista, a pesar de que tenía permiso policial para realizar el servicio en ese lugar", acotó.
De acuerdo con el informe periodístico, no es la primera vez que el activista se ve involucrado en agresiones a mujeres defensoras de los derechos humanos en Cuba.
"Dismary Hernández informó a Bussola que el pasado 1 de octubre Papacci estaba entre las personas que embistieron su auto, mientras ella estaba adentro. ¿La razón? Haber pronunciado la frase 'Cuba es una dictadura' al pasar frente a la embajada de Cuba en Roma", recordó.
La diputada cubana y directora del Centro nacional de Educación Sexual, Mariela Castro Espín, lleva varios días en Italia dando conferencias en universidades y otros sitios, que no han estado exentas de polémica, pues a pesar de que la ley italiana reconoce el derecho a la libertad de prensa, medios independientes y activistas han sido vetados, con la justificación de aforo completo.
No obstante, desde que la hija de Raúl Castro llegara a Italia, activistas y defensores de los derechos humanos han mostrado su rechazo, con manifestaciones pacíficas.
Cinzia Pellegrino, coordinadora nacional del Departamento de Protección a las Víctimas de Fratelli d'Italia, aseguró que la presencia de castro Espín denota hipocresía en dos sentidos.
"La primera se refiere a la absurda pretensión de venir aquí a hablar de derechos humanos cuando Mariela deja en su casa el peso de más de mil presos políticos. La segunda se refiere a la extraña concepción de la 'democracia', gracias a la cual un amigo mío y yo no pudimos entrar para asistir al discurso", lamentó.
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