Un hombre de Palm Beach, Florida, se declaró culpable este viernes de posesión con intención de distribución de fentanilo, éxtasis y otras drogas, algunas de las cuales estaban escondidas en la habitación de sus hijos, informaron las autoridades.
Tyre Marquise Bradley, de 31 años, compareció ante el juez federal de distrito Kenneth A. Marra y reconoció su culpabilidad en los cuatro cargos que le imputan: distribución de cocaína crack; importación de una sustancia controlada (éxtasis); intento de posesión con intención de distribuir una sustancia controlada (éxtasis); y posesión con intención de distribuir una sustancia controlada (fentanilo, cocaína y cocaína crack), de acuerdo con un comunicado de la Oficina del Fiscal General del Distrito Sur de Florida.
Las autoridades investigaban a Bradley desde 2019 por venderle cocaína a un agente encubierto.
Entre aproximadamente el 22 de agosto de 2022 y el 20 de septiembre de 2022, importó MDMA (éxtasis) a Estados Unidos a través de paquetes desde Ámsterdam.
Los oficiales le entregaron uno de los envíos bajo vigilancia y Bradley fue detenido cuando llegó a recogerlo. En ese momento, se descubrió que llevaba una pistola semiautomática de 9 mm en su mochila.
Luego de su arresto, la policía registró su casa y halló drogas en el refrigerador, en un armario, en el interior del cubo de la basura y en el dormitorio de los niños.
En total, las autoridades confiscaron 1.6 libras de píldoras azules de fentanilo; 1.3 libras de cocaína; 15 gramos de cocaína crack y más de cuatro libras de marihuana.
La sentencia del hombre está prevista para el 14 de abril próximo. Bradley podría enfrentar una condena máxima de hasta 20 años de prisión por tres de los cargos; una pena mínima obligatoria de 10 años por uno de ellos y una pena máxima de cadena perpetua por otro.
Este martes trascendió que otro distribuidor de fentanilo que operaba en el sur de Florida fue arrestado por cargos federales que se castigan con condenas como las del caso de Bradley.
James Nevin Moorman, de 62 años y residente en Coral Springs, fue acusado de posesión con la intención de distribuir una sustancia controlada, distribución de una sustancia controlada y posesión de un arma de fuego para promover un delito de narcotráfico.
Según el documento, estos delitos son castigados con una pena mínima de 15 años de prisión y una máxima de cadena perpetua.
La persecución y control del narcotráfico es uno de los objetivos de las autoridades de Florida debido al elevado número de muertes anuales asociadas con el consumo de drogas.
En diciembre, jueces de ese estado acusaron a la enfermera Catherine Shannon Dunton, residente en el condado de Martin, de adulterar cápsulas anestésicas para robar fentanilo líquido de uso médico.
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