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A pesar de no llevarse la estatuilla a su nominación, Ana de Armas fue una de las grandes protagonistas de la 80ª edición de los Globos de Oro. Un fiel reflejo del gran momento que vive en su carrera en el mundo de la interpretación tras su papel en Blonde, la película en la que se mete en el papel de Marilyn Monroe.
Su actuación llevó a Colin Farrell, galardonado a Mejor actor en una película musical o comedia a dedicarle a la actriz cubana unas palabras al recoger su premio.
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Ana de Armas fue la encargada de entregarle el premio en el escenario por su interpretación en Almas en pena en Inisherin, un momento que el actor aprovechó para halagarla por su papel como Marilyn Monroe. "Ana, me pareció que estabas extraordinaria. Lloré hasta quedarme dormido la noche que vi Blonde", dijo el actor nada más coger su estatuilla.
"Tuvo que ver con la música que sonaba en el momento en que empieza la toma y solo ver sus tobillos al borde de la cama. Me destrozó", añadió, generando algunas risas inesperadas entre el público. "No es broma, pero os podéis reír. No me corresponde a mí decir cuando es apropiado reírse en este mundo".
Sin duda, Ana de Armas se ha ganado la admiración no solo de millones de espectadores en todo el mundo tras su papel en Blonde, el film de Netflix, sino también entre sus compañeros de la industria, que este martes 10 de enero tuvieron la oportunidad de verla brillar al repartir varias estatuillas y también con su aplaudida elección estilística.
Para la ocasión, la actriz de 34 años apostó por un vestido de Louis Vuitton, que contaba con un escote geométrico palabra de honor con perlas bordadas en el frente.
En su paso por la alfombra roja, donde se robó las miradas con su look, posó sola. Sin embargo, a lo largo de la velada estuvo acompañada por su pareja, Paul Boukadakis, ejecutivo de Tinder. Con él estuvo compartiendo miradas de complicidad y confidencias durante la noche, gestos que desvelan que su relación va viento en popa.
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