El gobierno cubano apreció un avance de Estados Unidos en el cumplimiento de los acuerdos migratorios que tiene firmados con La Habana, pero señaló aspectos en los que espera un comportamiento más diligente del país vecino.
Estados Unidos entregó 23,966 visas para inmigrantes cubanos durante el año fiscal 2022, en lo que constituye un importante paso en la estrategia de la administración de Joe Biden para tratar de detener el éxodo desde Cuba y propiciar un escenario favorable para los intercambios bilaterales en materia migratoria.
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A pesar de exceder en casi 4 mil el número de visas que tiene acordadas con el régimen cubano, la subdirectora general de Estados Unidos en la Cancillería cubana, Johana Tablada, calificó de “avance” la decisión del Departamento de Estado de reabrir el consulado estadounidense en La Habana y retomar la política de visados pactada.
Para la funcionaria, en este año Washington cumplió la cuota de visas, pero no la acumulada en los años en que no las otorgó por decisión de la administración de Donald Trump. Según ACN, refiriéndose a este asunto, Tablada afirmó que el cierre de la legación diplomática se decidió en base a “acusaciones extravagantes y falsas sobre supuestos ataques a diplomáticos”, puestos en duda por la propia Agencia Central de Inteligencia.
Insatisfecha con la política de visados para cubanos, la diplomática explicó que solo están entregando visas para reunificación familiar, sin incluir las de no inmigrante, mediante las cuales, según Tablada, más de 200 mil cubanos viajaban y volvían, sin abandonar el país definitivamente.
En el año fiscal 2022 Estados Unidos cumplió por primera vez desde 2017 su compromiso de entregar 20 mil visas anuales, una cifra que figura como base de los acuerdos migratorios bilaterales que siguieron a la crisis de los balseros de 1994.
Como parte de su plan para normalizar el procesamiento de visados para cubanos, la administración Biden también anunció la reanudación del Programa de Reunificación para Familias Cubanas (CFRP), congelado desde 2017, así como el restablecimiento de los servicios consulares en La Habana para solicitudes de inmigrantes.
No obstante, la funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) prefirió resaltar el “bloqueo” estadounidense, que pretende “hacer colapsar la economía de Cuba y hacer más difícil la vida de su población".
Además, recordó los incentivos que mantiene este país para la migración irregular de cubanos, y cómo incumple con la parte de los acuerdos de no admisión de personas que llegan a su frontera sur, en buena medida gracias al acuerdo migratorio entre el régimen cubano y el del nicaragüense Daniel Ortega, cuya exención de visado propició un éxodo masivo de migrantes cubanos hacia el país centroamericano.
La avalancha migratoria cubana, -con 224,607 arribos registrados por puntos fronterizos terrestres y más de 7 mil cubanos involucrados en operaciones marítimas hacia las costas de Florida en el año fiscal 2022- quintuplica el cupo de visas anuales establecidas en los acuerdos bilaterales.
Ante semejante crisis migratoria, todos los esfuerzos estadounidenses parecen escasos, pero las declaraciones de La Habana, basadas en la estrategia de supervivencia del régimen, no contienen elementos de análisis de la situación y mucho menos un atisbo de conciencia acerca de la responsabilidad del gobierno de Miguel Díaz-Canel en este drama nacional que no parece tener final.
Desde el 1 de octubre (año fiscal 2023) casi 4 mil balseros cubanos han sido interceptados por las autoridades estadounidenses. La cifra va camino a romper el récord del pasado año fiscal (6,182 balseros) si se tiene en cuenta que apenas ha transcurrido el primer trimestre del actual.
A estas cifras habría que sumar los 35,849 cubanos que entraron en noviembre a Estados Unidos por todos los puntos fronterizos, de los cuales 34,675 lo hicieron por la frontera sur, según datos del Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras. No entran en este cómputo los migrantes contabilizados en diciembre, ni los balseros que son detenidos en territorio estadounidense, en Bahamas o Islas Caimán.
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