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Cuba necesita más de 300,000 turistas antes de finalizar el año para cumplir su plan de 1,7 millones de viajeros internacionales previstos para el 2022.
Según las cifras oficiales reveladas por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), hasta noviembre se recibieron 1,377,253 turistas y para llegar a la proyección del gobierno, el mes restante deberían visitar el país más de 320,000 extranjeros.
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Aunque Cuba recibió 1,122,122 visitantes internacionales más que en el mismo período del año anterior, lo que representa un 587.6 % de la cifra alcanzada en 2021, no superan los más de cuatro millones de visitantes que llegaron en 2019.
Este año, los visitantes que recibió Cuba procedieron en su mayoría de Canadá, de la “comunidad cubana en el exterior”, de Estados Unidos, España, Alemania, Rusia, Inglaterra, entre otros.
A pesar de que paulatinamente se ha ido recuperando el sector desde la crisis de viajeros debido a la pandemia de coronavirus iniciada en 2019, las cifras siguen siendo ínfimas y los pronósticos del gobierno han debido cambiar al reconocer que no se acercarían al plan inicial de 2,5 millones de turistas.
Hasta octubre el gobierno se había aferrado a su previsión inicial, pero ese mes, cuando solo habían llegado 1,198,402 visitantes, Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación, reveló que reajustaron las cifras y que en el nuevo plan estimaban la llegada de más de 1,7 millones.
El deprimido sector turístico no se ha recuperado en su totalidad a pesar de haber apostado por por alternativas como el turismo de salud, ecológico, de rutas culturales e históricas, entre otros, para captar clientes.
No obstante, el gobierno cubano pronosticó para el próximo año un estimado de casi tres millones de turistas, aun cuando analistas critican la falta de objetividad, sobre todo porque se ignora la crisis económica que sufren muchos de los países que son emisores de visitantes a Cuba.
Para el experto Elías Amor, el éxito del turismo en Cuba depende de que el gobierno cambie la manera en que lo gestiona y se liberalice, dando más participación al sector privado, tal y como ocurre en otros países del área, como República Dominicana. Sin embargo, aun cuando las cifras son preocupante, el gobierno sigue sin tomar medidas para cambiar la situación.
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