El gobierno de Islas Caimán presentó un proyecto de ley destinado a reducir el tiempo de permanencia de los balseros cubanos que arriban a ese territorio antes de ser repatriados, pues aseguran que el proceso hasta consumar la repatriación implica gran costo económico para ellos.
Entre 2015 y 2021 desembarcaron entre uno y cinco cubanos por año como promedio en Isla Caimán. Sin embargo, desde abril de este año han desembarcado más de 360 cubanos, cien de ellos solo en octubre.
El gobierno anticipa que a finales de año habrá gastado solo en 2022 cerca de 3 millones de dólares en alojamiento y medidas de seguridad adicionales para los migrantes, algo que aseguran que no se pueden permitir.
El tiempo promedio que los migrantes pasan en las Islas Caimán es de nueve meses y cada uno cuesta $1,300 mensuales como promedio, lo que suma como media unos 11,700 dólares por migrante desde la llegada hasta la salida, que no incluye el costo de repatriación.
El ministro de Control Fronterizo, Chris Saunders, detalló que la creciente cantidad de cubanos que arriban a sus costas está creando una crisis y que los cambios en la ley pretenden reducir el tiempo de permanencia de los balseros y disuadir a otros de lanzarse al mar.
“Estamos en medio de una crisis con graves implicaciones económicas y de seguridad. Es imperativo que acortemos la duración promedio de la estadía”, dijo Saunders a los parlamentarios durante la presentación del proyecto de ley, según reseña la prensa local.
“El aumento significativo de llegadas está ejerciendo una gran presión sobre la Agencia de Control de Aduanas y Fronteras tanto en Gran Caimán como en Caimán Brac”, añadió.
La demora de unos nueve meses tiene lugar a pesar del memorando de entendimiento con Cuba, que fue diseñado para reducir el tiempo que los migrantes pasan en las Islas Caimán antes de ser repatriados.
“La magnitud de la carga financiera está directamente relacionada con el tiempo que un migrante permanece en las Islas Caimán. Aunque el memorando de entendimiento con el gobierno cubano establece plazos para el intercambio de información, el tiempo real de permanencia de un migrante... depende de cuánto se tarde en procesar la solicitud de asilo y cualquier apelación posterior ante el Tribunal de Apelaciones para la Protección de Refugiados”, explicó.
El funcionario precisó que casi todos los migrantes que llegan a las Islas Caimán ejercen su derecho de solicitar asilo y la posterior apelación en caso de ser denegado, al tiempo que señaló que también puede haber demoras en la repatriación mientras esperan la aprobación del Gobierno cubano. El ministro dijo, no obstante, que recientemente tuvieron reuniones con la parte cubana para afinar la parte del proceso relativa a la repatriación.
Las enmiendas a la Ley de Control de Aduanas y Fronteras que fueron presentadas esta semana pretenden agilizar el proceso de asilo sin dejar de cumplir con las obligaciones internacionales.
El primer cambio es la aplicación de un estándar más alto para determinar si un migrante está realmente en riesgo de persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad o pertenencia a un grupo político o ideológico particular.
El otro cambio a la ley vigente será que, a los solicitantes que se les conceda el asilo, se les otorgará un permiso de residencia por tres años para permanecer en las Islas Caimán, en lugar de permitirles permanecer indefinidamente. En ese momento, el refugiado puede solicitar un permiso de residencia indefinido, pero también deja la ventana abierta a la deportación si sus circunstancias han cambiado.
Saunders explicó que en el pasado a algunos cubanos a los que se les concedió el asilo comenzaron inmediatamente a viajar a Cuba de visita después de haber obtenido los documentos que confirmaban su permiso para permanecer indefinidamente, lo que generó dudas sobre la legitimidad de su solicitud. En el futuro, a cualquiera que haga algo similar no se le extenderá su estatus de asilo.
Saunders expresó simpatía por el pueblo de Cuba y dijo estar muy consciente de que la situación económica en Cuba es bastante grave, poniendo como ejemplo el estado ruinoso de las embarcaciones que utilizan para viajar como una señal de la desesperación reinante.
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