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Migrantes cubanos que se encuentran en la selva del Darién denunciaron los abusos que cometen las autoridades panameñas con ellos y con ciudadanos de otros países que intentan llegar a Estados Unidos.
Un reportaje del medio independiente Diario de Cuba recogió el testimonio de una doctora que huyó de la misión médica en Venezuela. El pasado el 1 de diciembre, ella y otros cinco cubanos formaban parte de un grupo de 80 migrantes que cruzaron la frontera de Colombia hacia Panamá.
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"Después de pasar la frontera, ya en lado panameño, nos topamos con la guardia panameña. Nos detuvieron, nos obligaron a tirarnos al suelo boca abajo", detalló.
Según el relato, antes se habían encontrado con unos indígenas que iban a revisar un kiosco que el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá les quemó en noviembre, con el pretexto de que era usado por los migrantes como albergue.
"Los indígenas se asustaron, uno llevaba un machete en la mano y un guardia le disparó, no le importó que hubiera un niño a su lado", relató la cubana, quien precisó que el indígena no iba a atacar al guardia. "Nadie ver ser tan bruto de enfrentar con un machete a ocho hombres armados con fusiles", recalcó.
La migrante agradeció el buen trato que han recibido de la población indígena.
"En su comunidad estábamos mejor que en Cuba, teníamos energía 21 horas al día, agua constante y hasta Internet", subrayó.
Finalmente, los 80 migrantes fueron obligados a volver a Colombia, tal como les sucedió a finales de noviembre.
Los cubanos mostraron su temor de ser retornados a su país, pues luego de haber abandonado la misión médica oficial pueden ir presos o ser inhabilitados para trabajar.
En Venezuela, explicó la doctora, solo les daba unos 700 bolívares al mes (unos 70 dólares), que no les alcanza para nada.
Otro migrante, enfermero de profesión, denunció que además de la explotación laboral, sufren un conflicto ético grande. "Nos obligaban a poner vacunas vencidas, medicamentos caducos y, cuando nos quejamos, nos amenazaron con virarnos para Cuba", dijo.
En los últimos años se han reportado denuncias de abusos contra migrantes cubanos en su travesía por tierra hacia la frontera sur de Estados Unidos, cometidos tanto por traficantes de personas como por las propias autoridades de los países que atraviesan en su recorrido.
En octubre, un tribunal panameño condenó a 22 años de cárcel a dos hombres acusados de violar a una mujer y robar a otros cuatro inmigrantes cubanos durante su paso por la selva del Darién.
Los imputados, identificados como los hermanos Riquelme y Rodolfo Flaco, fueron acusados de "los delitos de robo agravado y violación sexual agravada, en perjuicio de cinco migrantes cubanos", el 12 de enero de 2021.
El tribunal condenó a los hermanos, quienes atacaron violentamente a los migrantes cubanos, los intimidaron, los despojaron de sus pertenencias y abusaron sexualmente de una de las migrantes.
En septiembre, el gobierno de Panamá reforzó la seguridad en la zona fronteriza de la selva del Darién, tras confirmar la entrada a ese país centroamericano de134,178 migrantes durante el año.
Entre enero y julio, el cruce de migrantes por esa zona creció en un 43%.
Los cubanos fueron la tercera nacionalidad con mayor presencia (3,133 personas), después de venezolanos y haitianos.
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