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Un total de 22 migrantes cubanos permanecen en la Base Naval de Guantánamo a la espera de recibir refugio en un tercer país.
Según un reporte de Radio Televisión Martí, estos cubanos salieron de la isla por mar en travesías irregulares y, luego de ser detenidos por la Guardia Costera de EE.UU. (USCG), fueron trasladados a la base, ubicada en la Bahía de Guantánamo.
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“La Guardia Costera transporta a Guantánamo a aquellos extranjeros detenidos en aguas de la región del Caribe y que, al ser entrevistados en el mar por especialistas en protección y chequeo del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), manifiestan temor creíble de persecución o tortura si son regresados a su país de origen, de salida o en su último lugar de residencia”, explicó a este medio un portavoz del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos (DHS).
Además de los cubanos, están bajo el mismo criterio en la base militar estadounidense tres haitianos y tres dominicanos.
Los 28 migrantes fueron rescatados por la USCG y trasladados a la Base Naval de Guantánamo entre el 1 de octubre de 2021 y el 30 de septiembre de 2022.
El portavoz precisó que los migrantes expresaron temor fundado de persecución o tortura si eran repatriados y que, además, no están detenidos y pueden solicitar su regreso a sus respectivos países cuando lo deseen.
“El Departamento de Estado prevé la custodia y el cuidado de los migrantes en la Base hasta el momento de su reasentamiento en un tercer país”, agregó la fuente.
Asimismo, la nota de Radio Televisión Martí asegura que la activista de la Unión Patriótica de Cuba, Yeilis Torres Cruz, quien cobrara notoriedad luego de ser agredida por el vocero del régimen cubano Humberto López en mayo del año pasado, está en Guantánamo desde hace seis meses.
A finales de mayo último, el periodista Mario J. Pentón ya había revelado que Torres Cruz podría ser llevada a la Base Naval de Guantánamo, tras permanecer detenida en un centro para migrantes de Estados Unidos luego de que la Guardia Costera interceptara la embarcación donde pretendía llegar a ese país junto a una docena de personas.
Torres Cruz, quien estuvo en prisión en Cuba por 10 meses luego del incidente con López, permanece en un limbo migratorio, según comentó a Radio Televisión Martí el esposo de la activista, Martí Pavel Pérez, residente en West Palm Beach, Florida.
“En la base, el reglamento disciplinario es riguroso. Tienen restricciones a la libre movilidad, carecen de acceso a internet y deben ir con escolta a la playa más cercana”, agregó Pavel Pérez.
El esposo de la activista detalló también que en la base los hombres no pueden mezclarse con las mujeres, tienen derecho a tres llamadas a la semana de cinco minutos de duración delante de un custodio y no se les permite recibir dinero, ni hablar con la prensa.
Cada migrante recibe en la base militar una bicicleta para el movimiento limitado dentro del área cercada donde viven y para ir a la costa, siempre custodiados por vehículos del personal de seguridad.
Este programa de reubicación de migrantes es gestionado, en colaboración con el gobierno de EE.UU., por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Se conoce, como sucedió con cerca de una veintena de balseros cubanos en 2018, que Australia es uno de los países que ha otorgado refugio a los cubanos que han pasado por la Base Naval de Guantánamo.
En junio pasado trascendió la historia del opositor Ridel Brea, natural de Santiago de Cuba, quien salió de la isla en una balsa rumbo a Miami en 2016 y terminó como refugiado en Australia, luego de un año recluido en la Base Naval de Guantánamo.
Brea aseguró que llegar a ese país “es lo mejor que me ha pasado. Es como tener una segunda oportunidad de crear una familia y crear un futuro, cosa que en mí país no podía”.
Contó que, de haber permanecido en Cuba, probablemente ahora estuviera preso o fuese perseguido por el gobierno por sus opiniones políticas contrarias al régimen, pues la dictadura tiene muchas formas de tratar y reprimir a la oposición.
En 2017, fue noticia la llegada a Australia de los llamados “balseros del faro”, un grupo de inmigrantes cubanos que llegaron a Florida a bordo precisamente de un faro y que luego también pasaron más de un año en la Base Naval de Guantánamo.
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