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El gobernador de Texas, Greg Abbott, invocó este martes la Constitución estadounidense para declarar invasión por la frontera sur y tomar medidas "sin precedentes" para detener el flujo de migrantes.
"Invoqué las Cláusulas de Invasión de las Constituciones de EE.UU. y Texas para autorizar completamente a Texas a tomar medidas sin precedentes para defender a nuestro estado contra una invasión", dijo en Twitter.
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"Estoy usando esa autoridad constitucional y otras autorizaciones y órdenes ejecutivas para mantener seguros a nuestro estado y país", subrayó Abbott, quien fue reelecto el pasado 6 de noviembre para un tercer mandato como Gobernador del conservador Texas.
Entre las medidas que recrudecerá con base en la Constitución anunció el despliegue de la Guardia Nacional para frenar y retornar a los inmigrantes que intenten cruzar la frontera de forma ilegal.
Desplegar a las fuerzas de Seguridad Pública para apoyar a la Guardia Nacional y detener a los indocumentados por actividad criminal, además de actuar contra quienes realicen actividades criminales (como el tráfico de personas) en la zona limítrofe con México.
Construir un muro en varios condados fronterizos, desplegar barcos armados en el Río Bravo para asegurar la zona y detener los cruces ilegales, y designar a los cárteles mexicanos de la droga como organizaciones criminales foráneas.
También realizar alianzas con otros estados de la frontera para mejorar la vigilancia, y acuerdos con los gobiernos extranjeros involucrados en la crisis migratoria que enfrenta el sur de EE.UU, así como proveer recursos para que los condados fronterizos aumenten sus esfuerzos para responder a la invasión de migrantes en la frontera.
La política antiinmigrante de Abbott ha contemplado el envío de autobuses cargados de migrantes a los estados demócratas, construir alambradas en el Río Bravo, e implementar medidas de devolución a México de varios migrantes, incluidos los venezolanos.
Si bien este manejo de la crisis le ha acarreado fuertes críticas, el gobernador del conservador Texas sustentó, con éxito, su campaña de reelección en el tema de la migración y el control de sus fronteras con México, cuestiones que preocupaban a los votantes, seguido de la economía y los derechos reproductivos.
Al respecto, el republicano defendió que en el Valle del Río Grande, uno de los puntos calientes de la crisis migratoria actual, las cifras de detenciones han roto los récords en el último año. Abbott ganó las elecciones intermedias con un 54.84% sobre su contrincante demócrata Beto O’Rourke.
El republicano ha debido enfrentar un aumento de migrantes en la frontera con México, donde se ha incrementado notablemente la presencia de indocumentados procedentes de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
"Hemos respondido al desastre creado por la pésima administración y que ha causado una carga a las comunidades de la frontera, los ranchos y las granjas, que han visto sus casas invadidas", señaló Abbott a fines de septiembre.
Solo el pasado año fiscal 224,764 cubanos pidieron asilo en la frontera estadounidense, lo que ha obligado a la administración de Joe Biden a negociar con el régimen de La Habana, que esta semana aceptó la reanudación de vuelos de deportación con detenidos en la zona limítrofe con México.
De hecho este martes representantes gubernamentales de EE.UU. y Cuba realizan conversaciones migratorias en La Habana, como parte de los encuentros bilaterales que ambos países reanudaron a comienzos de este año, confirmó el Departamento de Estado.
Entre los detractores de la política de Abbott están los obispos católicos de Estados Unidos, los cuales lanzaron fuertes críticas por el envío de cientos de migrantes a los estados del norte del país bajo falsas promesas de asesoría legal, educación y trabajo.
Un primer editorial publicado por el periódico quincenal independiente católico National Catholic Reporter y titulado "Utilizar a los inmigrantes como peones políticos ignora la dignidad humana que Dios les ha dado", afirma que "los gobernadores Greg Abbott de Texas y Ron DeSantis de Florida" han realizado acciones "chocantes y repugnantes" para castigar al presidente Joe Biden por su política migratoria.
Además, consideraron que la "decencia común debería impedirles urdir un truco que utiliza a seres humanos vulnerables –personas que han huido de países violentos, a menudo arriesgando sus vidas y caminando durante semanas o meses para llegar a nuestras fronteras y pedir asilo– para avergonzar a sus enemigos políticos y ganar puntos con su base que ataca a los inmigrantes".
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