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La Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó este jueves con 185 votos a favor la resolución que presenta anualmente el Gobierno cubano para pedir el fin del embargo de Estados Unidos.
"Por 30 años, 185 votos a favor, 2 en contra y 2 abstenciones la Asamblea General rechaza por abrumadora mayoría el bloqueo de Estados Unidos a Cuba y pide su fin", dijo la ONU en Twitter, junto a una imagen de la pizarra de votaciones.
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En esta ocasión EE.UU. e Israel votaron en contra del informe. Ucrania y Brasil se abstuvieron.
A diferencia del pasado año –cuando se abstuvieron– esta vez Colombia y Emiratos Árabes Unidos respaldaron al régimen cubano.
El Gobierno de La Habana no tardó en celebrar los resultados. El canciller Bruno Rodríguez posteó de inmediato en Twitter que "La comunidad internacional confirma, una vez más y elocuentemente, el reclamo casi unánime a que se ponga fin al bloqueo y el aislamiento que sufre EE.UU. por una política cruel y violatoria del Derecho Internacional".
También el mandatario Miguel Díaz-Canel dijo que iba camino a Guane, en el extremo occidental del país, escuchando el discurso de Rodríguez ante la ONU. "Él habló alto y claro ante el mundo. Nuestra verdad puede sonar dura. Pero el Bloqueo es inconmensurablemente más duro. Es brutal", expresó.
Michael G. Kozak, subsecretario interino de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, ha dicho que esta votación no es más que "propaganda del régimen cubano" en la ONU para distraer de otros acontecimientos en el archipiélago, como la crisis generalizada por la mala gestión del gobierno y el aumento de la represión.
Kozak aseguró el pasado año que se trataba de una estrategia con el fin de crear una distracción sobre los "problemas reales que enfrenta el pueblo cubano, como continuos abusos a derechos humanos, incompetencia económica y encarcelamiento de activistas políticos".
En solo una ocasión Estados Unidos se abstuvo de votar. Fue en 2016, al calor del llamado "deshielo" de las relaciones entre Washington y La Habana, impulsado por la administración del entonces presidente demócrata Barack Obama.
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