Un día después del comunicado que emitió Adidas informando el fin de su alianza con Kanye West y sus populares Jeezy, el rapero se presentó en las oficinas de Skechers en Los Ángeles, sin invitación ni aviso previo, y fue expulsado de allí después de que comenzase a grabar al personal de las instalaciones sin autorización.
Tras este incidente, la marca aclaró que no tiene intención de trabajar con él. "Condenamos sus recientes comentarios divisivos y no toleramos el antisemitismo ni ninguna otra forma de discurso de odio", explicó un portavoz de Skechers a CNN.
De esta manera, la marca de ropa y calzado deportivos vuelve a poner en el foco las razones por las que firmas como Adidas, Balenciaga o Gap le han dado la espalda al ex de Kim Kardashian, que no son otras que sus declaraciones racistas y antisemitas de los últimos tiempos.
Las acciones por parte de estas y otras compañías se producen después de que West dijese en el podcast "Drink Champs" que George Floyd, el afroamericano asesinado por un policía en Minneapolis en 2020, falleció por consumo de drogas y no por la asfixia que le provocó el oficial Derek Chauvin, condenado por asesinato.
La familia de Floyd anunció que demandaría por difamación a Ye, como también se hace llamar Kanye West, y le reclamarían 250 millones de dólares.
En el mismo podcast, el artista llegó a comentar que Adidas nunca le iba a dejar por los comentarios que estaba haciendo. Algo que finalmente pasó y le está trayendo consecuencias al rapero, que ha perdido su estatus de multimillonario para Forbes, quien estima que sin la marca deportiva, su fortuna estaría valorada en 400 millones de dólares.
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