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En el contexto de la actual crisis migratoria cubana los agentes de la Guardia Costera estadounidense (USCG) pueden encontrar hasta cuatro embarcaciones procedentes de la isla en un solo patrullaje por las aguas del Estrecho de Florida.
El periodista del medio Newsy Ben Schamisso acompañó a dos pilotos de la agencia en un vuelo de rutina y pudo comprobar esa realidad, que evidencia la crisis económica, social y política de dos países vecinos: Cuba y Haití.
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El oficial de la USCG Connor Hoehle relató al reportero que en un vuelo de cinco horas pueden encontrar hasta cuatro embarcaciones, como sucedió este martes.
"Siempre ha sido una zona muy concurrida, pero se ha vuelto notablemente más ocupada", subrayó.
Afirmó que en el año fiscal recién concluido los guardacostas estadounidenses interceptaron a más de 13,000 migrantes procedentes de los dos países, la mayor cantidad en tres décadas. De ellos 7,173 fueron haitianos y 6,182 cubanos.
Técnicamente, el trabajo de la Guardia Costera es evitar la migración no autorizada; pero sus agentes defienden que su objetivo es salvar vidas. "Son personas que se encuentran en una situación desesperada. Solo velamos por su seguridad en el mar", dijo Hoehle, de la USCG, al respecto.
Sin embargo, ante estas declaraciones, la activista Guerline M. Jozef, de la organización humanitaria Puente haitiano, lamentó que el resultado final de las detenciones en el mar es la repatriación masiva de personas de regreso al peligro del que huyeron.
En Haití los ciudadanos padecen una crisis agravada tras asesinato del presidente Jovenel Moïse el año pasado, marcada por la violencia de bandas criminales, protestas, una pobreza endémica y enfermedades como el cólera.
Por su parte, en Cuba el régimen no sabe como contener el descontento popular en medio de una crisis energética, alimentaria, económica y política que alcanzó puntos preocupantes tras las masivas protestas del 11 de julio de 2021, y que ha obligado a miles de ciudadanos a huir.
Recientemente, una balsera cubana narró que llevaba una lona azul en su bote para camuflarse con el mar y ocultarse de los aviones de la USCG. Sin embargo, el grupo fue detenido por los guardacostas y deportado a la isla.
También trascendió el caso de otros balseros cubanos interceptados en altamar que rogaban desesperadamente a los agentes de la Guardia Costera que los dejaran tocar tierra.
El pasado año fiscal, concluido el 30 de septiembre, terminó con un acumulado de 6,182 cubanos interceptados en el mar en su intento de arribar a costas estadounidenses. Desde el 1 de octubre de 2022, las tripulaciones de la USCG ya han interceptado a 962 balseros de la isla, cifra que no contempla los que tocan tierra pero que evidencia el éxodo, sin precedentes, de la nación caribeña.
Por las fronteras terrestres también se alcanzaron cifras récord el pasado año fiscal, con un total de 224,607 migrantes cubanos que solicitaron asilo desde el 1 de octubre de 2021 hasta el 30 de septiembre de 2022.
En ese contexto EE.UU. ha intentado desalentar la emigración ilegal por mar y tierra.
La semana pasada el teniente Matt Miller de la USCG recordó que "la política comúnmente conocida como Pies secos, pies mojados, fue derogada en 2017" y citó al secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas, quien el pasado año declaró que "a las personas que lleguen ilegalmente por mar no se les permitirá quedarse".
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