Después de las muchos interrogantes que han surgido en los últimos días sobre cómo Raphy Pina tiene acceso a sus redes sociales desde prisión, él mismo ha querido aclararlo en un escrito que colgaron en su perfil de Instagram.
El productor puertorriqueño se encuentra cumpliendo la condena de 41 meses de prisión por posesión ilegal de armas en la cárcel de Butner, en Carolina del Norte. Sin embargo, a muchos les ha llamado la atención que continúe activo en sus perfiles en redes sociales, especialmente en estos días en los que ha protagonizado una polémica con Don Omar.
Para despejar las dudas y aclarar que no tiene ningún trato preferencial dentro de prisión, el empresario explicó que hay seis teléfonos en la prisión de los que pueden disponer 510 minutos al mes. Cada llamada puede durar un máximo de diez minutos y para volver a utilizarlo tienen que esperar quince minutos.
"Podrá tener la fortuna fuera de las rejas pero en la cárcel es igual a los demás", aseguró Pina.
También tiene posibilidad de enviar correos a través de ordenadores, aunque disponer de ellos tiene un costo de centavos. Todos los mails los verifican desde un departamento antes de aprobar su envío. Al igual que de los teléfonos, de los ordenadores solo pueden ser utilizados en el horario de 6 am a 11pm.
Es a través de estas vías que el prometido de Natti Natasha tiene contacto con su familia y con su equipo de trabajo.
"También recibimos cartas y enviamos las veces que queramos. Tenemos un área de recreación gigante que tiene gimnasio pasivo, máquinas de hacer ejercicios, cancha de balón pie, cuatro de baloncesto y cinco de handball", agregó.
¿Cómo son las visitas?
Sobre las visitas, explicó que puede recibir dos al mes. "Solo dos personas una vez por visita. Dos horas y se hablan a través de una cortina de plástico transparente y no puedes tocar a la visita en ningún momento", comentó.
A pesar de la situación tan complicada que está enfrentando por la falta de libertad, Raphy Pina asegura que no se siente derrotado y reveló que está estudiando para aprender, lo que también puede favorecer la reducción de condena para poder así ver antes a su familia.
La imagen que acompañó a esta explicación es una que le tomaron en la cárcel, sentado en un bordillo. "No es porque me caí, es porque estoy esperando mi turno para volver a jugar handball. Soy malo, pero no me quito como en todo", comentó sobre la foto, realizada con una cámara de la prisión.
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