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El superpesado Andy Granda se impuso en la final del Campeonato Mundial de Judo y ubicó a Cuba en el medallero de una cita que ha acogido la ciudad uzbeca de Tashkent, en jornada donde su estelar compatriota Idalys Ortiz no pudo alcanzar el podio.
En el combate decisivo, el matancero de 30 años batió por la vía del ippon al joven japonés Tatsuru Saito y logró así el mejor resultado de una carrera deportiva donde sobresalían tres terceros puestos en torneos del circuito Grand Slam y preseas de distintos colores en lides panamericanas.
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El yumurino de más de cien kilos arrancó la competencia derrotando por waza-ari al húngaro Richard Sipocz, subcampeón universal entre juveniles el año pasado, y prosiguió batiendo por ippon al austríaco Daniel Allerstorfer.
Una vez en cuartos de final sorprendió con una prematura proyección al laureado georgiano Guram Tushishvili, plata en los Olímpicos de Tokio y oro universal en Bakú 2018, y en semifinales le marcó par de waza-aris al holandés Roy Meyer, dos veces bronceado en certámenes del orbe.
Su premio dorado colocó a Cuba en el octavo lugar de la clasificación por países -liderada fácilmente por Japón-, y de paso impidió que el judo repitiera las patéticas experiencias vividas en la Isla con la participación de sus delegaciones a los Mundiales de Atletismo y Luchas.
Hasta la jornada de hoy, ocho judocas cubanos habían realizado esfuerzos infructuosos por estar en el podio del evento, con el quinto lugar de Iván Silva como mejor faena.
En la propia división máxima, el artemiseño de 18 abriles Omar Cruz se despidió en el estreno al perder contra Azamat Chotchaev, de Bahrein.
En cuanto a la estelar Idalys (+78 kg), esta vez no consiguió llegar a la medalla. Su aventura en Tashkent se inició con éxito (waza-ari awasete ippon) sobre la georgiana Sophio Somkishvili, y a seguidas agregó un ippon a costa de la mongola Adiyasuren Amarsaikhan. Sin embargo, luego sucumbió en par de ocasiones, primero ante la brasileña Beatriz Souza -subtitular a la postre- y más tarde frente a la israelí Raz Hershko.
Esta categoría la ganó la francesa Romane Dicko.
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