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El mejor elemento de la escuadra varonil cubana de judo, Iván Silva, estuvo a punto de agenciarse hoy su segunda medalla en certámenes del orbe, pero cayó en la disputa del bronce frente al georgiano Luka Maisuradze.
En la categoría de 90 kilogramos del Mundial que acoge la ciudad uzbeca de Tashkent, el europeo se impuso al criollo por la vía del waza-ari y de ese modo le negó la posibilidad de repetir el podio que Silva había logrado en 2018 (entonces alcanzó la presea de plata en la cita de Bakú).
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No obstante, el matancero volvió a rendir la mejor faena de un equipo masculino que hasta ahora solo había podido ganar dos combates por mediación de Magdiel Estrada (73 kg), toda vez que Danny Porte (60 kg) y Orlando Polanco (66 kg) protagonizaron debut y despedida en el evento.
El camino de Silva empezó con éxito por waza-ari sobre el serbio Nemanja Majdov y después prosiguió viento en popa (léase ippon) a costa del checo David Klammert. Por desgracia, a continuación cedió ante el también georgiano Lasha Bekauri, pero se desquitó en el repechage frente al búlgaro Ivaylo Ivanov. Así llegó a la discusión del tercer puesto ante Maisuradze.
A la postre la división la ganó el local Davlat Bobonov, vencedor del italiano Christian Parlatti en la final. Los bronces fueron a parar a los cuellos de los hombres de Georgia.
Mientras, la lid femenina de este lunes fue en los 70 kilos (no hubo participación de Cuba) y en ella Croacia acaparó los dos puestos más altos a través de Barbara Matic y Lara Cvjetko, por ese orden.
Los siete atletas insulares que han salido a los tatamis de Tashkent han quedado sin podio, y el fantasma de las pésimas actuaciones en los más recientes Mundiales de Atletismo y Lucha se cierne sobre el judo. De evitar la barrida deben encargarse en las dos próximas fechas Andy Granda (+100 kg), Omar Cruz (+100 kg), Kaliema Antomarchi (78 kg) o la gran esperanza nacional, la laureada Idalys Ortiz (+78 kg).
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