Reynier Mena: "En Cuba no hubiera podido ser nadie en el atletismo mundial"

Asombroso resulta lo realizado por el velocista cubano Reynier Mena en esta temporada, cuando viste la camiseta del club portugués Benfica.

Al igual que otros cubanos que se entrenan en tierra lusitana, Mena aspira a competir en los máximos eventos de la Federación Internacional bajo el pabellón portugués.

Mena, es realmente llamativo tu avance. ¿Qué has hecho, has modificado tu preparación, cuentas con los recursos que en Cuba no poseías?

Primero saludarte a ti y a los miles de seguidores de CiberCuba, yo soy uno de ellos. Agradecerte porque de esta forma saben de mí los aficionados cubanos al atletismo.

Te cuento que, amén de no rechazar lo anteriormente aprendido, me ha hecho avanzar mucho lo nuevo incorporado por mi entrenadora Ana Oliveira, quien es muy profesional y adaptó su sistema de entrenamiento a mí, o sea no hizo borrón y cuenta nueva; para nada desestimó a mis anteriores preparadores.

Ella es inteligente, capaz, razona conmigo; siempre supo que yo no podía cambiar radicalmente lo hecho hasta ahora y así me fue modificando paulatinamente el plan de entrenamiento, pero sin cambios bruscos. Vaya, me ha hecho sentir bien y me ha puesto a soñar.

Además han sido elementales las condiciones que ahora tengo y antes no. En Cuba con José Alberto Sánchez “el Jabao” a mí me iba bien pero ¿con qué recursos podíamos contar para realizar una preparación acorde a los resultados que me exigían?

Esta temporada yo he cronometrado menos de 20 segundos en 2 carreras de 200 metros lisos: 19,63 y 19,95 (en otras he rondando los 20 bajitos) y en una de 100 metros, 9,99, amén de mantenerme en 10,12 ó 10,13.

O sea, que con un poco más de trabajo puedo seguir descendiendo en mis marcas. Hay que tener en cuenta el poco tiempo de preparación y la estabilidad de mis resultados.

¿Cuándo llegaste a Portugal?

Exactamente el 30 de diciembre de 2021; en enero inicié mis entrenamientos. Tú sabes de lo que te hablo. Si con tan poco tiempo pude alcanzar mis actuales tiempos; con una preparación más intensa y larga… ¡Tengo derecho a pensar en grandes cosas! Este 2022 ha sido el mejor de mi vida.

Me siento muy cómodo con Ana pero mis preparadores cubanos siempre ocuparán un lugar en mi corazón y en lo que pueda lograr. José Alberto “el Jabao”, el profe Tomás, el Pavo, Jorge Chacón y los que tuve en mis edades inferiores, José Ángel César, Glauber Raulín, Olano… ¡En fin, todos! Porque son buenos Julita y dan lo mejor de ellos, lo que muchas veces llegan a un tope por no contar con lo mínimo que se necesita ahora para formar un sprinter de talla mundial.

¿Cómo te fuiste? ¿Pediste la baja, te contactaron o fuiste tú el que contactó al club?

Tomé la decisión de irme del deporte cubano por algo que no es novedad para nadie. En Cuba todo está mal, el deporte no es ajeno a esa situación. Yo me veía con posibilidades, tenía talento para llegar a la élite mundial; sin embargo, estaba estancado, no avanzaba en mis tiempos.

Tomé la decisión de irme del deporte cubano por algo que no es novedad para nadie. En Cuba todo está mal, el deporte no es ajeno a esa situación. Yo me veía con posibilidades, tenía talento para llegar a la élite mundial; sin embargo, estaba estancado, no avanzaba en mis tiempos

Específicamente a los velocistas no nos daban la oportunidad de topar con otros corredores y sabes que sin fogueo no se puede avanzar. Estaba en el lugar equivocado. A eso súmale que mi entrenador principal, el “Jabao” José Alberto también se fue. Otro al que no le daban oportunidades, no lo dejaban trabajar, sus propuestas no eran escuchadas.

De esa forma el cambio de técnico, aunque fuera igualmente bueno, no era lo mismo. Había que readaptarse y no es fácil cuando te has habituado como atleta a hacer un plan de entrenamiento determinado. Yo llevaba muchos años con Sánchez y el cambio para nada me vino bien.

Comencé a empeorar mis cronos, no tenía competencias en el extranjero; en Cuba ¿con quién iba a rivalizar si no hay nadie? La época de los Figuerola, Hermes, Pablo, Leonard, Peñalver pasó hace mucho tiempo.

Me vi en un momento de mi vida que tenía que tomar una decisión y la tomé. Pedí mi baja oficialmente y salí a buscar otros horizontes. En mente siempre tuve el club lusitano Benfica. Aquí hay varios cubanos que hemos sido muy bien recibidos y esos mismos cubanos me tendieron la mano, me pusieron en contacto con la dirigencia del club.

¿No tuviste dificultades para salir?

No. Una vez que tuve mi baja de la selección nacional cubana empecé los trámites que fueron respaldados en todo momento por el Benfica.

¿Cómo te recibieron?

Me abrieron los brazos, tengo todas las condiciones para entrenar, me dieron una casa, tengo la alimentación requerida para cumplir con mi riguroso entrenamiento, la atención médica y de los fisioterapeutas es especial. Eso que dicen que nosotros tenemos que pagar por los servicios sanitarios, mienten. Todo es gratuito. Te digo más: hasta el último de los técnicos, trabajadores, profesionales del club están a nuestra disposición las 24 horas del día.

Aquí he adquirido masa muscular, tan necesaria en las carreras de velocidad, un dietista me orienta la alimentación correcta. En Cuba se come lo que hay; no hay de otra. Cada detalle pesa, por eso el resultado sale.

Y por supuesto ahí tienes técnicamente los recursos que no tenías aquí.

Claro, esto es Europa, aquí hay nivel, hay tremendas condiciones para entrenar. Lo demás lo pones tú; en mi caso yo lo estoy aprovechando al máximo.

¿Y espiritualmente?

A eso iba. Por encima de cualquier aspecto técnico, por encima de la posibilidad de competir y codearte con lo mejor del planeta en la velocidad, por encima de vestir, de comer, de tener un techo… ¡está la tranquilidad espiritual, tranquilidad mental!

Cero preocupaciones, no colas, no apagones, no tener que estar al tanto de si tu mamá o tu hijo comieron, no tener que exigir un dinero que te ganaste y no te dan o te lo entregan con tardanza.

Esto es un trabajo, es una carrera como puede ser la ingeniería, la medicina, el magisterio. Lo mío es correr, esa es mi profesión. Soy como un artista pero en una pista. Tengo que tener la cabeza, el corazón, la mente puestos en lo que hago. En Cuba es imposible.

En Portugal sólo entreno y compito, me preocupo por mejorar mis resultados porque sé que con lo que hago, mi familia está bien. Estoy tranquilo. Esos 19,63 en el doble hectómetro es la décima mejor marca de la historia ¿Cómo iba a poder lograrla si seguía entrenando en el estadio Panamericano? ¡¡¡Cómo!!!

¿Quién iba a pensar eso de un cubano cuando sólo surgían saltadores y lanzadores pero no velocistas? Roberto Skyers (9,98) y yo conseguimos algunos registros pero nos estancábamos.

Aquí existe la motivación; sabes que si entrenas y obtienes buenos resultados, ganas, mejoras tus condiciones, cooperas más con tu gente. En Cuba ¿qué obtenías? ¡Por favor!

Tus marcas en 100 y 200 han dejado boquiabiertos a muchos ¿A dónde llega Reynier Mena? ¿Qué significa para ti haber superado los tiempos de estelares como Carl Lewis, Frank Fredericks, Kenneth Bednarek?

¿Te digo? Algo realmente increíble. Cuando yo vi el crono de 19,63 en los 200 no me lo creía. Pensé en tantas cosas. Ahora lo que persigo es mejorar mis tiempos y seguir soñando en grande. El solo hecho de poder compararme con Carl Lewis o Frank Fredericks es más que una quimera. Ellos son leyenda.

¿Algo que siempre se extraña: familia, amigos, barrio, afición?

¿Crees que es fácil tomar la decisión de irse, de dejar atrás todo incluyendo tu equipo, tu mamá, tu gente? Para nada Julita. Fue muy difícil. Yo soy una persona familiar; por eso mismo opté por separarme de ellos. Nunca es fácil salir de tu zona de confort pero mis resultados demuestran que tomé la decisión correcta.

Si llegas a la cima y alzas la bandera portuguesa ¿qué sentirás? ¿agradecerás algo a tus inicios en Cuba?

Siempre estaré agradecido de la tierra que me vio nacer, mis entrenadores, mis compañeros… pero en Cuba no hubiera podido ser nadie en el atletismo mundial. Por eso agradezco y mucho, a Portugal porque me lo ha dado todo.