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Voluntarios cubanos que entregaron donativos en Pinar del Río denunciaron en redes sociales que hay “ancianas muriendo de todo, entre guano y palos”, en los territorios a donde llegaron.
Personas muriendo “entre la esperanza del cambio que nunca les ha llegado” fue lo que encontraron los voluntarios que acudieron a comunidades de Pinar del Río a brindar su ayuda, según trascendió este martes en un post de Yoelkis Torres Tápanes, director del Centro de Gestión para el Desarrollo de la Cultura y coordinador del Callejón de las Tradiciones en Matanzas.
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"Quisiera decir que esta foto no es de mis tiempos, que es de mucho antes de nacer, que es sacada de esos libros de historia que me hacían llorar cuando veía una pobreza que calaba los huesos", fueron las palabras iniciales de su denuncia.
Imágenes desoladoras de personas viviendo debajo de techos derruidos y derrumbes por doquier son un indicio del abandono en que han sido dejados muchos pobladores, como comprobó Torres Tápanes en su recorrido por sitios afectados por el huracán.
“Las fotos de Pinar del Río son de hoy. Los ancianos famélicos, en cambio, son de larga data”, escribió la profesora y crítica literaria Mabel Cuesta, quien compartió también las instantáneas.
En un estremecedor texto Torres Tápanes se preguntó con qué fuerzas seguirían resistiendo esas personas, “con qué cuerpos, con qué manos”.
“Sus cuerpos languidecen al lado de barrigas llenas de chorizo, buena vida, carros y zapatos apretados que no son los de Nemesia”, escribió, contrastando la miseria en que viven los damnificados en Pinar del Río con la opulencia de los gobernantes cubanos.
La pobreza de esas personas, expuso, no es de ahora, llevan años así pero un evento meteorológico debe llegar para destapar la realidad de esas zonas.
El joven promotor cultural pidió auxilio a “todas las direcciones”, y cuestionó dónde estaban “los héroes de discursos triunfalistas, los que dicen que todo está resuelto, los que se encargan de la vida digna”.
Escenas como las presenciadas en su tránsito por la región pinareña -donde las viviendas no son ni “un bohío de fiesta ni una casa de descanso”- son una muestra “de tantas equivocaciones”, señaló.
Ante la pobreza imperante y tanta destrucción no bastan la violencia, las denuncias, las razones, aseguró. El matancero, que ha juntado esfuerzos para recaudar donaciones en beneficio de los damnificados, concluyó con un enérgico “Basta ya”.
Ciudadanos de localidades donde arrasó el huracán Ian siguen en total abandono del gobierno, sin agua potable y sin techo para vivir.
Colectivos de cubanos que se han organizado para ofrecer ayuda a los pobladores han podido documentar la dura realidad de muchos habitantes de esas zonas donde permanecen con sus casas en ruinas y sin esperanzas de cambiar su situación.
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