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Amelia Calzadilla denuncia intento de acusarla de robar electricidad

“Lo que quieren es incriminarme porque eso es un delito”, denunció la joven madre, conocida por una enérgica declaración en las redes el pasado junio.

Amelia Calzadilla. © Facebook / Amelia Calzadilla
Amelia Calzadilla. Foto © Facebook / Amelia Calzadilla

Este artículo es de hace 1 año

La joven madre Amelia Calzadilla, cuyos reclamos en junio desencadenaron una protesta virtual de cubanos hastiados por la situación del país, regresó a las redes sociales este viernes para denunciar que pretenden acusarla falsamernte de robar electricidad.

“Sigo pagando altísimas tarifas de corriente y sigo sin gas… Estoy aquí, en La Habana, aguantando el mismo huracán y los mismos apagones igual que el resto”, actualizó la joven en referencia a las razones que la llevaron a alzar su voz hace tres meses.

Calzadilla comentó que por un evento fortuito descubrió una conexión ilegal de cables eléctricos desde su vivienda a la de unos vecinos médicos que trabajan en el CIMEQ y se encuentran cumpliendo misión oficial en el extranjero. A ellos, la familia Calzadilla había decidido pagarles la factura de electricidad en vista de su ausencia.

“Para nuestra sorpresa esos médicos que llevan más de un mes sin vivir en su casa tenían más de 700 pesos por pagar”, dijo la joven y agregó que su familia reclamó el monto a la empresa eléctrica.

Fue entonces cuando al llegar la inspección técnica y revisar los metros contadores vieron que “estaban mal conectados, pero resulta también que los médicos tenían esa carga eléctrica aparentemente por un equipo de mi casa, por cables que salían de mi casa”, explicó.

“Lo que quieren es incriminarme porque eso es un delito”, aseguró y recordó -como prueba del contrasentido de la acusación- que ella misma ha pedido varias veces inspecciones de su metro contador para rectificar sus elevadas tarifas, cuyas facturas recientes mostró. La de septiembre ascendía a 6,772 pesos y la de agosto a 7,809.

“Hoy quisieron demostrar que yo, además de esas tarifas exorbitantes de corriente que pago, estaba enganchada a otro vecino robándole su corriente, para incriminarme, porque no han podido demostrar nada de lo que han especulado”, dijo en referencia a las campañas de descrédito en su contra orquestadas por los medios y figuras oficialistas del régimen.

La razón por la cual el régimen trama la fabricación de un delito en contra de Calzadilla se debe, según la joven madre, a que quieren inventarle antecedentes penales para que no pueda optar por una beca por 10 meses en España que solicitó en abril.

La joven dijo haber aprobado los exámenes para matricular en un programa de traducción y mediación intercultural en la Universidad de Salamanca, y justo en el momento en que le llegan las credenciales para solicitar la cita de la entrevista en el consulado español, surge el supuesto robo de corriente eléctrica.

“Por estas mismas cosas yo dejé de creer, por estas cosas sórdidas porque son procesos sórdidos”, denunció.

Calzadilla contó que desde su directa en junio, su vida ha cambiado drásticamente y su familia ha pasado momentos difíciles y de enfermedad. “Aquí a mi casa me trajeron el Covid”, dijo en lo que se interpreta como una acusación directa a la Seguridad del Estado.

Como consecuencia, su madre, quien padece de una cardiopatía, estuvo al borde de la muerte en la terapia del Hospital Clínico Quirúrgico Docente Salvador Allende, conocido como La Covadonga, donde un médico se negó a administrarle un medicamento. Su padre se vio en aprietos por la hipertensión que padece y uno de sus hijos también estuvo ingresado.

“Mi familia se ha ido enfermando una vez tras ahora mis niños se enfermaron y yo con ellos. Yo he perdido una cantidad de libras que no cuento. En este momento estoy atravesando una hepatitis reactiva como resultado de un dengue hemorrágico que me puso en una terapia también”, denunció.

La joven habló de la precariedad de los servicios de salud y educación públicos, de la falta de credibilidad de los gobernantes y de su pérdida de confianza en ellos.

“A día de hoy, yo siento una decepción tan grande, un asco tan, pero tan grande. Yo siento que en este país solo hay cabida para las personas indecentes y delincuentes”, lamentó y señaló que cuando las personas son decentes y reclaman por lo que les afecta son “sancionadas, juzgadas, ultrajadas, humilladas”.

Asismismo, instó a la UNICEF a mirar la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran los niños cubanos, apeló a quienes les importa y afecta la situacion del país, y pidió a los cubanos del exilio que ayuden a los suyos dentro de la isla, especialmente, para que el pueblo de Cuba abra los ojos.

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