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El Ejército de la República Islámica de Irán (Artesh), amenazó el viernes con intervenir en las protestas desatadas en ese país que, de forma masiva, han lanzado a cientos de miles de iraníes a las calles para denunciar la muerte bajo custodia policial de una joven de 22 años detenida por no vestir el hiyab de forma “correcta”.
Tras el fallecimiento no esclarecido de Mahsa Amini, la joven de 22 años que resultó detenida por la Policía de la Moral, miles de mujeres se han manifestado en contra del régimen de los ayatolas que desde la llamada “revolución” iraní controla el poder en ese país e impone un fundamentalismo religioso extremo sobre su población.
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“Estamos listos para ayudar a nuestros compañeros de la Policía”, señalaron las Fuerzas Armadas en un comunicado advirtiendo a los manifestantes que está dispuesto a intervenir con todos sus efectivos, casi un millón de hombres armados.
En ese sentido, el Ejército advirtió además que debido a lo que considera proliferación de “movimientos contra revolucionarios” se permitirá perseguir a las “reuniones ilegales”. Por su parte, marchas progubernamentales recorren las calles del país pidiendo la ejecución de quienes protestan por Amini.
Ondeando banderas, los partidarios del régimen calificaron a los manifestantes antigubernamentales como “soldados de Israel” y gritaron “muerte a Estados Unidos” y “muerte a Israel”, lemas comunes que utilizan los gobernantes clericales del país para tratar de suscitar apoyo.
A pesar de la represión que están sufriendo, con al menos 41 personas muertas en las protestas según datos propios de la televisión estatal iraní, las manifestaciones continúan a lo largo del país mientras más mujeres se quitan públicamente el velo y, apoyadas por hombres contrarios al régimen e indignados por la situación, desafían a las autoridades.
Enfrentamientos con la policía y con efectivos de la Guardia Revolucionaria iraní (Pasdaran) han marcado jornadas de disturbios en varias ciudades del país cuando ha transcurrido más de una semana desde que fuera confirmado el fallecimiento de Mahsa Amini, luego de su detención a manos de la Policía de la Moral el pasado martes 13 de septiembre.
Este viernes 23 de septiembre, el Ejército de la República Islámica de Irán anunció que está listo para intervenir en caso de que las otras fuerzas represoras iraníes se vean desbordadas por la ciudadanía.
Por su parte, Teherán insiste en que el rechazo social es motivado por gobiernos extranjeros, mientras el mundo reclama Justicia y exige respeto a los derechos de las mujeres, en una nueva oleada de solidaridad con la sociedad civil de ese país.
Además de Artesh, las Fuerzas Armadas de la República Islámica de Irán aglutinan al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (Sepāh) y la Fuerza de Aplicación de la Ley (Policía). Se tratan de las más grandes de Oriente Medio en términos de tropas activas.
Las fuerzas militares de Irán están compuestas por aproximadamente 610.000 efectivos en servicio activo más 350.000 personal de reserva y entrenado que se puede movilizar cuando sea necesario, lo que eleva el personal militar del país a aproximadamente 960.000 efectivos en total. Estos números no incluyen la Fuerza de Aplicación de la Ley o Basij.
Por su parte, el Ejército de los Guardianes de la Revolución Islámica es una rama de las Fuerzas Armadas iraníes, fundada después de la Revolución iraní el 22 de abril de 1979 por orden del ayatolá Ruhollah Jomeiní.
Mientras que el Ejército iraní defiende las fronteras iraníes y mantiene el orden interno, según la constitución iraní, la Sepāh está destinada a proteger el sistema político de la república islámica del país. Los Guardias Revolucionarios afirman que su papel en la protección del sistema islámico es prevenir la interferencia extranjera, así como los golpes de Estado por parte de los militares o "movimientos desviados".
Lejos de cuestionar las sospechosas circunstancias del deceso de la joven de 22 años y enfocarse en las investigaciones, las autoridades insisten en señalar que las manifestaciones son una supuesta confabulación dirigida desde el exterior para afectar al Gobierno iraní.
Aunque los oficiales aseguraron que solo la trasladarían a una clase de "reeducación", dos horas después fue trasladada en una ambulancia desde la comisaría donde se encontraba hasta un hospital. Sufrió un paro cardíaco y llegó con muerte cerebral. La familia y miles de personas denuncian que habría sido víctima de una brutal golpiza.
Con centenares de detenidos y el caos y la violencia desatados en el país con estaciones de policía y vehículos incendiados por los manifestantes, las autoridades iraníes temen un resurgimiento de las protestas que estallaron en 2019 por el aumento de los precios de la gasolina, las más sangrientas en la historia de la República Islámica en las que alrededor de 1.500 personas perdieron la vida.
Mientras continúan las protestas, se suceden las escenas de mujeres cortándose el cabello y quemando sus hiyabs mientras cantan "¡Libertad!". Convertidas en un desafío abierto al Gobierno, en las manifestaciones es frecuente escuchar cánticos pidiendo "¡muerte al dictador!" y “¡los mulás deben irse!”.
El Ministerio de Inteligencia de Irán advirtió a los ciudadanos que no se unan a las manifestaciones “ilegales” y amenazó con enjuiciarlos. Por su parte, Amnistía Internacional acusó a las fuerzas de seguridad de golpear a los manifestantes con porras y disparar perdigones de metal a quemarropa, como muestran algunos videos difundidos.
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