Al menos 1,700 toneladas de camarones para la exportación esperan producir en la provincia de Camagüey en el actual 2022, una cifra en riesgo de no ser alcanzada tras limitaciones en la importación de alimentos para el cultivo intensivo de este crustáceo, según trascendió en medios oficialistas de la isla.
Miguel Manso Díaz, jefe de producción de la Unidad Empresarial de Base Cultisur, del municipio camagüeyano de Santa Cruz del Sur, aseguró en un reporte de este martes de la ACN que este es un año complejo para la camaronicultura del país, debido a las limitaciones en la importación de alimentos para el cultivo intensivo del crustáceo.
Dijo, además, que aunque el plan anual es de 1,700 toneladas, solo han logrado producir hasta la fecha 428 toneladas, de las más de 800 que ya deberían haber alcanzado.
También apuntó que en el primer trimestre del año, exportaron tres contenedores de camarón, pero debido a la falta de alimentos en el segundo trimestre ese programa se vio limitado por el bajo peso promedio del crustáceo, el cual no sobrepasó los 10 gramos.
No obstante, apuntó, desarrollan alternativas para paliar el déficit de alimento importado.
Entre estas, destacó, la modificación de las densidades de siembra en los estanques de cultivo y el uso de mezclas en los alimentos con productos de industrias del territorio como el aflecho cervecero, levadura cervecera, miel, y otros derivados.
Asimismo, añadió, laboran en el en el cultivo de otros 12 millones de posturas de camarones que representan 200 hectáreas
La camaronera de Santa Cruz del Sur posee siete granjas productoras que suman 723 hectáreas, de las que solo 653 están activas
Manso Díaz señaló, además, que el camarón que no va a la exportación se comercializa en el mercado interno, en surtidos con formatos de 300 gramos, 500 gramos, y de uno y dos kilogramos, en busca de mejorar las finanzas de esa empresa.
Además, fomentan la cría de tilapias en sus estanques, donde recién sembraron casi 200 mil alevines de esa especie para comercializar.
Aunque Cuba es una isla, y por tanto está rodeada de agua, los cubanos suelen comer muy pocos productos del mar y esta industria no está a disposición de la alimentación de los cubanos sino que la mayor parte de sus producciones se destinan a la exportación.
Cada año el régimen cubano ingresa más de 63 millones de dólares procedentes de la exportación de langostas y camarones.
En mayo de este año, trascendió que la Empresa Pesquera Industrial de La Coloma (EPICOL), en la provincia de Pinar del Río, estaba preparando un vivero para exportar langostas vivas, un producto muy demandado en el extranjero con el cual el Gobierno cubano pretende aumentar sus ingresos en ese sector.
“Es un proyecto que más que aumentar la cantidad de productor a exportar, eleva los valores económicos de la empresa y es un surtido más y un cliente más al que le vamos a llegar”, dijo en declaraciones a la televisión cubana, Ray Leonar Sánchez Ramírez, director de Tecnología y Calidad de EPICOL, quien subrayó que se trata de un producto de “alta demanda” en el mercado internacional.
El directivo explicó que los estanques que se habilitan posibilitarán conservar durante 72 horas el crustáceo vivo para facilitar luego su traslado a los sitios receptores en el extranjero.
A finales de agosto, también las empresas de la industria pesquera en Granma informaron que esperaban este año poder sobrecumplir su plan de exportación de langosta, principal rubro económico dentro del sector en la provincia.
A pesar de las afectaciones causadas por los cortes de electricidad, el gobierno cubano da prioridad a este producto, por su demanda en el extranjero, para tratar de aumentar sus ingresos.
La Unidad Empresarial de Base (UEB) Extractiva de Niquero, perteneciente a la Empresa Pesquera Industrial de Granma (Epigran), refirió que esperaba alcanzar más de 200 toneladas de langosta para la venta internacional.
La UBE InduNiq, ubicada en Niquero, también aseguró que cumpliríar su plan de producción, a pesar de los apagones, gracias al esfuerzo de sus trabajadores y a nuevas inversiones que allí se hicieron.
Según Jorge Rosa Acuña, jefe de planta de InduNiq, tras el levante de veda en julio, tenían un plan para el mes de 44 toneladas y en nueve días lograron 52.
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