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Una maestra de enseñanza primaria en Holguín denunció este lunes que niños de preescolar debían recibir clases al aire libre porque su escuela está en peligro de derrumbe.
Se trata de la escuela Belisario Grave de Peralta, ubicada en carretera de Gibara, en el poblado rural de Camarones, a unos seis kilómetros de la ciudad capital, muy próximo a Aguas Claras.
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Melissa Cabrera Marrades, maestra del centro educacional, lamentó en Facebook que sus estudiantes hubieran comenzado el curso sin aula, a pesar de que la escuela ya había informado a las autoridades pertinentes sobre la situación.
"Cómo es posible que haya reiniciado el curso escolar y aún en mi centro de trabajo sigan los niños de preescolar bajo la mata de mango, por peligro de derrumbe", dijo la maestra, que acompañó el texto con fotos de los pequeños, de 4 y 5 años de edad, en sus sillas y mesas bajo la sombra de los árboles.
"La escuela se está cayendo. Por negligencia de instancia superior que conocen de la situación", aseguró.
El colegio, que alberga a decenas de estudiantes desde preescolar hasta sexto grado, se encuentra en pésimas condiciones constructivas y en peligro de derrumbe desde el pasado curso escolar.
Sin embargo, en todos los meses de verano, el Ministerio de Educación no hizo nada para evitar que también este nuevo curso los niños estuvieran al aire libre, como sucedió en los últimos meses del año académico anterior, según declaraciones a CiberCuba de allegados de la zona.
Esta mañana, funcionarios del Partido, de la dirección provincial de Educación y otras instancias del gobierno, se personaron en la escuela para verificar la situación.
Las fuentes consultadas temen que las autoridades tomen represalias contra quienes comentaron en redes sociales sobre la penosa situación de la escuela, en vez de solucionar el problema.
Según denunció una persona a CiberCuba, hay amenazas de expulsión laboral por parte de los funcionarios porque "la noticia salió [publicada] en una página pagada".
Los funcionarios propusieron una reparación parcial de la escuela, "en vez de hacerla nueva", a pesar de que se trata de una construcción pequeña, agregó.
“Intentaron mover y se cayó una parte del techo. Ahora quieren trasladar a los niños para que no se vean desde la calle, pero no hay donde ponerlos”, detalló.
A finales de agosto trascendió que, de los 10,793 centros educacionales del país, solo 1,436 se benefician con obras de reparación y mantenimiento.
“No hemos podido intervenir en todas las que lo necesitan, cuestión que genera insatisfacciones en muchas familias”, lamentó la ministra Educación Ena Elsa Velázquez Cobiella, quien reconoció, sin revelar números, que existe una “cifra notable de instituciones con situaciones constructivas evaluadas de regular y mal”.
Datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de Cuba (ONEI) en su edición de mayo de 2021, dan cuenta de la disminución de inversiones en el sector educacional que de 2015 a 2020 han decrecido de 82,5 a 57,6 millones de pesos.
Solo en 2020 los ingresos totales del país fueron de 9,068.4 millones de pesos, por tanto, la inversión de ese año en Educación apenas fue de un 0.6%.
En consecuencia, no es de extrañar el pésimo estado constructivo de sus centros de enseñanza y la poca disponibilidad de recursos para labores de reparación y mantenimiento.
Este lunes cerca de dos millones de estudiantes cubanos de distintos niveles de enseñanza regresaron a las aulas al iniciarse el curso escolar, en medio de apagones de hasta 18 horas y escasez. Muchos de ellos, como los niños de la Belisario Grave de Peralta, tampoco cuentan con un techo bajo el que cobijarse para aprender.
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