Una cubana con discapacidad física, residente en la provincia de Camagüey, denunció que la asistencia que le brinda el Estado cubano no le alcanza para subsistir.
Mayké García Robles, quien reside en el municipio Agramonte, alegó que la ayuda proporcionada por el Estado es de 812 pesos mensuales, un monto inferior al salario mínimo en Cuba, según se muestra en un video compartido por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos en su página de Facebook.
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García Robles, que vive con su mamá de 69 años, condenó que no es posible que esa cantidad le alcance para asumir los gastos de alimentación ni para conseguir los medicamentos de su mamá que está retirada.
Contó que desde hace apenas tres o cuatro meses fue que comenzaron a darle la ínfima ayuda por un accidente que sufrió cuando tenía 19 años, del cual quedó con limitaciones físicas, aunque no precisó de qué tipo.
En el video se aprecia que junto a la cubana están apoyadas un par de muletas contra un sofá, lo cual lleva a inferir que sufrió afectaciones en las piernas.
La ciudadana camagüeyana narró la odisea que pasó para solicitar y obtener el estipendio gubernamental. Primeramente, dijo, tuvo que acudir al hospital provincial y pedir un peritaje médico “como si hubiese trabajado algún día para seguirme dando la ayuda de 812 pesos”.
Según señaló un comentarista del post, esa “ayuda” del gobierno equivalía casi a lo que cuesta un pomo de aceite actualmente en Cuba.
En medio de la creciente inflación en el país, donde los precios se han elevado de forma exorbitante y persiste la escasez de alimentos y medicamentos, García Robles recibe menos de mil pesos para su subsistencia. La precariedad de su situación a causa del abandono del gobierno, sin embargo, no es un caso exclusivo de ella.
El gobierno ha desatendido a numerosas familias donde se presentan casos de discapacidad y limitaciones físicas que requieren de una asistencia social para solventar su situación.
El mes pasado una abuela cubana que vive con su nieto discapacitado, en Ciego de Ávila, denunció que el gobierno no le ha ofrecido ayuda y viven en condiciones críticas. La silla de ruedas de su nieto, con parálisis cerebral, tiene que ser amarrada con alambres por el deterioro que presenta.
Un habanero, obligado a permanecer en silla de ruedas por problemas de salud, criticó también que sufre la desatención de las autoridades y la falta de medicamentos.
Al principio, según relató, lo atendían en el consultorio médico, en el hospital, pero luego quedó abandonado y se quejó de que no hay antibióticos, ni apósitos para curarlo y desde hace aproximadamente 12 años debe resolver todo por su cuenta.
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