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Las 84 panaderías de Las Tunas amanecieron sin pan el miércoles por escasez de harina en la provincia y retraso en la entrega de materias primas indispensables para la elaboración del producto.
Alberto Fonseca Rodríguez, director de la Empresa Integral de la Industria Alimentaria, dijo a la prensa oficialista que en los días recientes la producción de pan está afectada por el bajo suministro de harina de trigo.
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"Estamos recibiendo prácticamente lo necesario para asegurar solo la canasta básica familiar normada y a organismos priorizados", dijo Fonseca. Señaló como responsable al "suministrador" que no ha cumplido con la entrega de la cantidad de harina establecida para la provincia y han tenido retrasos en los envíos.
El funcionario no explicó quién es su suministrador pero el reportaje de la prensa oficialista señala a otras dos empresas estatales, el "Molino de Santiago de Cuba y el de Cienfuegos" que entregaron con retraso la harina en Las Tunas esta semana.
La producción de pan también está afectada por los apagones en Las Tunas. De las 84 panaderías de la provincia solo 28 tienen grupo electrógeno.
Además de las demoras en la entrega de harina no se cumple con las cantidades requeridas. Las Tunas tiene una demanda de harina de entre 57 y 60 toneladas de harina, pero solo recibe 31,7. Desde hace más de tres meses la provincia mantiene cerrada la fábrica de galletas, la de fideos y las dulcerías.
La crisis con el suministro de harina afecta también a Holguín. La venta de pan normado se retrasó en ese territorio hasta dos días.
La asignación de harina a Holguín también es "deficitaria” y solo producen el pan normado de 80 gramos a la población y a organismos priorizados. En esta provincia la harina llega diariamente desde molinos de Santiago de Cuba y Cienfuegos.
La Habana tampoco tiene suficiente harina para elaborar pan. También priorizan la cuota normada y determinados sectores. La semana pasada el gobierno señaló que la afectación se debe a unos atrasos ocurridos con el arribo al país del trigo y la harina, y a los altos precios que tienen hoy los servicios marítimos.
La decisión fue "reducir el consumo de harina en la capital" y producir pan solo para "la canasta familiar normada, la población penal, salud pública, los niños sin amparo familiar, hogar de ancianos, hospitales psiquiátricos y el de la Cadena cubana del pan".
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