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Un ciudadano cubano denunció un derrame de aguas albañales que brota desde hace más de 15 días en una céntrica zona del Vedado.
El salidero emerge en la calle 14, vierte a 23 y llega hasta Jalisco Park, apuntó en su perfil de Facebook el usuario identificado como David Samuells, trabajador del diario Tribuna de La Habana. “La solución es viable si se elimina el problema”, puntualizó.
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“La imagen no solo muestra las condiciones de hábitat favorables para el mosquito Aedes aegypti, sino además los salpicaderos de aguas albañales a los usuarios de esa importante vía de tránsito en el Vedado capitalino, a través de la cual pasan muchos de los cortejos fúnebres hacia la necrópolis de Colón”, dijo.
La foto que acompaña su post muestra cómo las aguas albañales se depositan en los baches de la calle para estancarse ahí. Los desniveles hacen pequeñas pocetas que se convierten en criaderos de mosquitos.
La denuncia fue publicada en el sitio web de Tribuna de La Habana, donde un usuario comentó que ese salidero de aguas albañales ha existido desde hace más de 20 años en el mismo lugar, con más o menos caudal, y se preguntó si la empresa de tabaco que queda cerca no podría asumir el arreglo.
Como ese, otros internautas en Facebook cuestionaron por qué no se solucionaba el problema de ese lugar tan transitado y coincidieron en que era solo una muestra del desastre que representaba La Habana.
Una usuaria criticó la falta de acción de los organismos pertinentes. “¡Y como esos un montón! No sé dónde están ni qué hacen Aguas Negras, Aguas de La Habana, Comunales, Protección Física, etc.”, escribió indignada.
Entre los derrames de aguas residuales, los basureros y las áreas verdes con la hierba muy crecida, la insalubridad empeora el escenario epidemiológico en localidades de todo el país.
En este tipo de sitio proliferan los mosquitos Aedes aegypti, transmisores del dengue, enfermedad que está afectando la salud de la población cubana desde hace meses.
En el líquido emanado de las cañerías y en los vertederos se dan cita, además, roedores que transmiten también enfermedades mortales.
La desidia del gobierno y la falta de coordinación de las instituciones responsables del saneamiento en las ciudades y pueblos contribuyen a un panorama de degradación, donde muchos sitios son devorados por la basura.
Incluso en las zonas turísticas es común encontrar en las esquinas tiraderos de desperdicios improvisados, sintomático del estado de deterioro de un país sumido en crisis.
Las condiciones higiénico-sanitarias de La Habana y de otras ciudades del país han sido ampliamente criticadas y, aunque el gobierno no adopta medidas para atenuar esa situación en medio de un contexto donde se expande el dengue y persiste el coronavirus, muchas personas tampoco contribuyen a frenar el vertimiento de los desechos.
Debido a la inacción de las autoridades, la falta de recursos y la indisciplina social, la insalubridad continúa creciendo en Cuba.
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