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El preso político cubano Andy García Lorenzo, renviado a régimen cerrado de prisión tras un breve período en un campamento de trabajo forzado, conversó este viernes con sus familiares y les transmitió su orgullo por mantenerse firme en sus principios y no hacer concesiones a la dictadura que lo ha devuelto a un centro penitenciario de máxima seguridad.
“Hace unas horas nos dieron una llamada con mi hermano”, dijo este viernes la activista Roxana García Lorenzo en sus redes sociales, en las que compartió parte de la conversación que sostuvo el joven veinteañero con su familia, a la que refirió textualmente que "preso político que se respete, no está vacacionando".
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García Lorenzo, sentenciado a cuatro años de privación de libertad por manifestarse pacíficamente en Santa Clara el 11 de julio de 2021, durante el histórico estallido que recorrió pueblos y ciudades de Cuba, le fue modificada su condena el pasado 31 de mayo, pasando a ser de régimen abierto.
A finales de julio, fue trasladado del campamento El Soler a las instalaciones del campamento de trabajo del Yabú. Pero, como confirmó este viernes a CiberCuba el cuñado de Andy, el activista Jonatan López Alonso, argumentaron el traslado del preso político porque “no le trabajaba a este régimen”.
“En esta prisión de máxima seguridad me siento mejor que en un campamento. Preso político que se respete no está vacacionando. Otro orgullo es no haberles trabajado un solo minuto”, transmitió García Lorenzo a sus familiares durante la conversación.
Para Andy, la revocación de la condena es motivo de orgullo, un indicador de que no se doblegó ante el programa de “reeducación” que practica el régimen cubano sobre los jóvenes que decidieron ejercer su derecho a la libertad de expresión y manifestación para mostrar su rechazo al régimen totalitario y exigir “Libertad” y un cambio en Cuba que traiga bienestar y prosperidad a la población.
“Desde el día 13 he estado sin ingerir alimentos y mi dieta aún no me la están dando. Aparte de esto quiero decir que esta revocación, luego de mi encarcelamiento del 11J, son las cosas por las que más siento orgullo”, afirmó el joven activista.
Este miércoles, la familia del preso político reportó que se encontraba mal de salud y aislado en la enfermería del campamento de trabajo forzado. Luego de 6 días sin tener noticias suyas, los familiares pudieron conocer por otras vías sobre su situación.
“Solo sabemos que debido a una ingesta ha tenido vómitos, estamos desesperados sin saber cómo está y cuál es su condición exactamente. Todo lo que le ocurra es responsabilidad de la Seguridad del Estado y de los oficiales del centro penitenciario dónde se encuentra, todo parte de que él es inocente y no debería estar en ese lugar, con pésima alimentación, comida en malas condiciones y echadas a perder”, denunció la joven.
En una directa posterior, García informó que finalmente pudo hablar por teléfono con su hermano quien les explicó sobre la crítica situación de salud por la que atraviesa desde el pasado 13 de agosto.
“En el horario de almuerzo estaba comiendo y se atoró, no sé sabe bien qué fue lo que le sucedió, pero se puso mal de salud. La cuestión es que desde ese día mi hermano tuvo más de seis vómitos y seis diarreas consecutivas en menos de media hora. Los reclusos de su destacamento empezaron a gritar para que los guardias vinieran a socorrerlo, pero no les hicieron caso. Se demoraron más de dos horas en llevarlo para el hospital”, relató Roxana.
Este viernes, fue el propio Andy el que reveló cómo consiguió finalmente que los funcionarios de prisiones viniesen a atenderlo.
“Aquí estoy, junto a mis dignos hermanos de lucha, orgulloso de gritar abajo Fidel, abajo el comunismo. Gracias a estas palabras me llevaron a la enfermería y no perdí la vida”, relató el preso político, que se despidió con “un abrazo fraterno y de resistencia para todos” y al grito de “Patria y Vida”.
Horas antes de que las autoridades revocaran este jueves el régimen abierto de García Lorenzo, su hermana advirtió en redes sociales: "Recuerden que esto es una bomba de tiempo y somos muchos lo que estamos cansados de aguantar. Luego no se quejen cuando tengan que movilizar a todo un ejército para pararnos, ¿ok? Amarren bien sus pantalones para que no se les caigan luego".
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