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El pan en Santiago de Cuba: sin harina ni electricidad para los hornos

La falta de harina y los apagones, que afectan la fermentación de la harina y paralizan la cocción del pan, perjudican la producción del alimento.

Panadero en Santiago de Cuba © Periódico Sierra Maestra
Panadero en Santiago de Cuba Foto © Periódico Sierra Maestra

Este artículo es de hace 1 año

La producción del pan que se vende de forma racionada en Santiago de Cuba se afectó por la grave crisis energética y la escasez de harina en la provincia.

Juan Carlos Rosell, coordinador de Programas y Objetivos del Gobierno, reconoció los problemas con la harina en el territorio, por lo cual no hay cobertura para la elaboración del pan y debe trabajarse “al día”, a medida que se distribuya en las panaderías, según el periódico local Sierra Maestra.

La asignación de la materia prima básica se realiza diariamente, pero muchas veces llega con retraso, cuando el pan ya debería haberse producido o comercializado.

El funcionario alegó también que las interrupciones del servicio eléctrico afectan la elaboración del alimento, cuya cocción tiene una duración promedio de cuatro horas y media y para ello se utilizan, en su mayoría, hornos eléctricos.

Los apagones influyen negativamente en la fermentación del pan, porque debido a la falta de corriente eléctrica ese proceso tiene un tiempo superior al que requiere la masa. Durante la elaboración, “está concebida una etapa de fermentación que en caso de pasarse del tiempo establecido la masa adquiere sabor ácido”, indicó Elizabeth Perera Segura, subdirectora de la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria.

Para solucionar la acidificación debido al exceso de fermentación, existen técnicas de refrescamiento que se hacen con la harina, dijo la funcionaria.

Los consumidores se han quejado del gramaje, la textura y el sabor ácido con que reciben el pan que les corresponde por la libreta de racionamiento.

Perera aseguró que “no hay justificaciones para que el pan pese menos de 80 gramos, aun cuando se perciba un poco más pequeño debe tener el peso requerido, por ello existen chequeos de calidad y en las instituciones donde se han detectado fallos se procede inmediatamente a las sanciones correspondientes”.

Jorge Luis Arce Ferrera, director de esa empresa, informó que en la provincia recuperaron 120 hornos de leña para elaborar el pan en ellos cuando no haya electricidad y se instalaron 14 grupos electrógenos para mitigar la afectación en la producción del alimento.

Hace dos meses, la prensa oficialista cubana culpó a los panaderos de ser responsables de la mala calidad del pan que se vende en Ciego de Ávila. Aunque mencionó otros factores como el embargo de Estados Unidos, los apagones y la mala calidad de la materia prima, la responsabilidad recaía mayormente en los encargados de su fabricación.

La escasez de harina pone en riesgo en toda Cuba la producción y comercialización del pan. Las autoridades han aplicado alternativas para sustituir este ingrediente o aumentar la cantidad con otros productos.

En otras provincias la situación con la harina ha provocado, incluso, dejar de vender el pan normado a la población. A finales de junio, el gobierno de Guantánamo debía a su población la entrega de 80 mil panes que no se habían podido producir por los continuos apagones.

En Taguasco, Sancti Spíritus, llegó a usarse una harina de producción nacional de baja calidad con un extensor de plátano que daba una coloración grisácea al pan, aunque no afectaba el sabor.

También se ha investigado sobre el uso de la harina de garbanzo para la elaboración de panes, en sustitución o en combinaciones con la de trigo para paliar la escasez.

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